La comunidad universitaria y artistas invitados elaboran un mural gigante en honor a las riquezas naturales y culturales del departamento del Magdalena.
El mural biocultural más grande de Santa Marta es el nuevo aporte que realiza la Unimagdalena en un compromiso por recuperar y ornamentar el espacio público, y propiciar la apropiación de la identidad y las riquezas del territorio.
Se trata de ‘Pintando la alegría’, una iniciativa liderada por el rector Pablo Vera Salazar, como parte de la programación del ‘Festival de la Alegría’ del cierre de semestre.
Con esta se busca embellecer el corredor de la Troncal del Caribe paralelo al campus, en el tramo que conecta el barrio Santa Ana con la rotonda de aledaña a Cootransmag.
Decenas de voluntarios, entre estudiantes, docentes, directivos y reconocidos artistas de Santa Marta tomaron pinceles, brochas, rodillos y aerosoles para elaborar la primera etapa del mural que consta de 550 metros lineales.
VER: Santa Marta: en el corazón de la cultura y las artes con FilsMar
RESCATAR LO PROPIO
Es de resaltar que las ilustraciones hacen honor a la Sierra Nevada de Santa Marta, el mar Caribe, la Ciénaga Grande Santa Marta y el río Magdalena.
Reflejan la flora, la fauna y las comunidades indígenas propias de estos ecosistemas emblemáticos. Así mismo, incorpora edificaciones del Centro Histórico y de Unimagdalena.
«La idea de este mural es que se sirva como recorrido para turistas y propios que desconocen la historia, tradiciones y ecosistemas del territorio. Es la expresión viva de la identidad cultural», anotó el rector Pablo Vera Salazar.
Este corredor se proyecta como un parador turístico que le entrega la Universidad del Magdalena a la ciudad y que crea las condiciones para mitigar la delincuencia que provoca el abandono del espacio público.
VER: Conversatorio y exposición de arte conceptual en el Museo Bolivariano
ARTE DE TODOS, PARA TODOS
Douglas Murillo Cantillo, conocido artísticamente como ‘Zow’, fue uno de los invitados a la ‘pintatón’. Con su talento ha estado retratando a indígenas gaiteros y tejedoras, como exaltación a las actividades de las comunidades ancestrales.
«Esta invitación es un honor, dejar una parte de uno, de su trabajo y su arte plasmado en la ciudad, en este lugar tan concurrido, incluso para quienes no son de Santa Marta», afirmó el artista.
Los ciudadanos por su parte, admiraron a su paso la magnitud y belleza del avance de la obra de arte que aporta paisajismo de alto valor simbólico.
Santiago Álvarez Robledo, quien frecuenta diariamente el sector, aseguró que el mural «da vida y estimula la vista» de los transeúntes de esta vía nacional.
VER: Hilorama: El arte con hilos y clavos de tres estudiantes de Unimagdalena
