La saliva potencialmente mortal, exige precaución y atención médica urgente para evitar contagios en humanos y animales.
La rabia, una enfermedad viral con impacto en mamíferos, incluyendo a los humanos, se caracteriza por una inflamación rápida del cerebro y una tasa de mortalidad del 100%.
En el contexto colombiano, el linaje de origen silvestre de la rabia ha desencadenado múltiples brotes, especialmente en animales como murciélagos, con focos concentrados en diversas regiones, entre ellas Magdalena.
Los datos epidemiológicos abarcando el período 2004-2022 revelan la presencia de 27 brotes de rabia animal, siendo notable la inclusión del municipio de Pijiño del Carmen en esta preocupante estadística.
En la región Caribe, el departamento de Magdalena destaca con las mayores incidencias, siendo la única región que ha experimentado casos de rabia urbana, donde los murciélagos transmiten el virus a otros animales, particularmente perros, gatos y zorros.
SALIVA, ¡RIEZGO POTENCIAL!
La transmisión del virus de la rabia generalmente ocurre a través del contacto directo de la saliva infectada con el sistema circulatorio del mamífero, ya sea a través de mordeduras, arañazos u otros medios que permitan la entrada del virus en el cuerpo.
El riesgo aumenta si la herida tiene presencia de saliva. También, puede transmitirse por contacto con mucosas o heridas abiertas al tocar un murciélago infectado.
Aunque menos común, también existe la posibilidad de contagio si se inhala partículas virales que se encuentran en áreas con alta concentración de murciélagos infectados
Pese a que la mayoría de los murciélagos no portan rabia, se deben tomar precauciones al interactuar con ellos para prevenir contagios. Ante mordeduras o exposición a su saliva, es crucial buscar atención médica inmediata.