En los barrios más afectados, los precios de la canasta familiar tienen a los pequeños comerciantes en jaque.
El desabastecimiento ya golpea con fuerza a Santa Marta, donde el paro camionero ha paralizado el transporte de alimentos hacia la ciudad. Las principales tiendas de barrio, el Mercado Público y los centros mayoristas se encuentran con estanterías vacías, y los pocos productos que quedan han sufrido un aumento vertiginoso de precios.
Los alimentos básicos, como el tomate, la yuca y la maracuyá, se han convertido en un lujo inalcanzable, generando crisis entre los ciudadanos que luchan por mantener sus hogares.
En los barrios más afectados, los pequeños comerciantes luchan por mantener sus estanterías llenas. Don Pedro, dueño de una tienda, expresa con preocupación: «El tomate, que antes vendíamos a 2.000 pesos el kilo, ahora está en 5.000. La maracuyá y la yuca también han duplicado sus precios. La gente está alarmada y no sabemos hasta cuándo podremos sostener esta situación».
El Mercado Público, corazón del abastecimiento en la ciudad, refleja el escenario del paro. Algunos pasillos que antes rebosaban de frutas y verduras frescas ahora lucen vacíos o con productos a precios inalcanzables. María, una ama de casa que acude diariamente al mercado, comenta: «Es imposible alimentar a mi familia con estos precios. Todo está carísimo y no hay alternativas».
Productos básicos de la canasta familiar
Los productos básicos como el tomate, la maracuyá y la yuca se han convertido en artículos de lujo. Los precios se han duplicado e incluso triplicado en algunos casos, dejando a las familias samarias en una encrucijada. «No podemos permitir que el alimento falte en nuestras mesas. Las autoridades deben hacer algo ya», exige Juan Carlos, padre de tres hijos y único sustento de su hogar.
La incertidumbre crece con cada hora que pasa sin una resolución. Los sectores económicos y sociales de Santa Marta temen que, si el paro continúa, la ciudad podría enfrentar un desabastecimiento total, desencadenando una crisis humanitaria sin precedentes en la región.
Los comerciantes hacen un llamado urgente a las partes involucradas para que lleguen a un acuerdo y se restablezca el suministro de alimentos y productos básicos. «No podemos esperar más. Necesitamos soluciones inmediatas antes de que sea demasiado tarde» manifiestan.
La alarma está encendida y Santa Marta vive momentos críticos. La próxima acción de las autoridades y los transportadores será determinante para definir el rumbo de esta crisis que tiene a la ciudad en vilo.
