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Recicladores en Santa Marta: del rebusque a la legalidad con ruedas y dignidad

por Álvaro Quintana Mendoza
Recicladores en Santa Marta

En una ciudad que busca redefinir su relación con el medioambiente, más de 450 recicladores reciben triciclos, herramientas y formación que les devuelven no solo su oficio, sino su lugar en la historia que se está escribiendo.

Santa Marta está dejando de ver a los recicladores como sombras que empujan carretas y revuelven bolsas de basura al caer la tarde. Hoy los reconoce, les da un nombre, los agrupa y les ofrece algo más que un saludo de agradecimiento: les entrega herramientas, triciclos, formación técnica, software de trazabilidad y un lugar legítimo en la construcción de ciudad.

Con la ejecución del proyecto “Fortalecimiento de las Capacidades Productivas en el Aprovechamiento de los Residuos Sólidos”, la Alcaldía Distrital y el Dadsa no solo culminaron una fase de inversión ambiental, también entregaron 450 proyectos de vida que ruedan ahora por las calles con triciclos nuevos, guantes limpios, uniformes visibles y una moral que empieza a enderezarse.

Quien no ha cargado con el peso de su propio anonimato no entiende lo que significa que una administración reconozca tu trabajo. Eso fue lo que ocurrió en el acto simbólico encabezado por el alcalde Carlos Pinedo Cuello, donde los recicladores no fueron invitados, fueron protagonistas.

La ciudad que quiere verse en los ojos de los recicladores

Lo que Santa Marta está haciendo no es asistencialismo disfrazado. Es una estrategia seria y articulada que apunta a largo plazo. El reciclaje ha sido integrado al Plan de Desarrollo “Santa Marta 500 Más”, no como relleno ambiental, sino como columna vertebral de una política pública que entiende que una ciudad justa no se construye sin mirar abajo, sin escuchar a quienes siempre han trabajado por fuera del mapa oficial.

Seis asociaciones de recicladores formales fueron incluidas: Basura Cero, Renacer, Eco-Aprovechables, Nuevo Esfuerzo, Recicladores del Magdalena y Preservación del Medio Ambiente Colombiano, transformando así su entorno, incluyéndolos en procesos técnicos.

Tecnología, formación y residuos: una fórmula que empieza a dar frutos

El proyecto tuvo dos fases: una en 2024 con 189 recicladores capacitados, y otra en 2025 con 270 más. En total, 459 recicladores ya están preparados no solo para recoger, sino para clasificar, trazar rutas eficientes y participar en un sistema de economía circular que por fin se siente real.

El uso de software para seguimiento de rutas y clasificación de residuos es una innovación que les permite pasar del oficio informal al control digital. Esto ha permitido que solo en el primer trimestre del 2025 se hayan aprovechado más de 93 mil kilogramos de residuos, un número que antes no se medía, pero que ahora se transforma en prueba tangible del impacto.

La instalación de once puntos ecológicos en zonas estratégicas de la ciudad incrementó la tasa de aprovechamiento de residuos del 3% al 3,19%. Puede parecer una cifra tímida para algunos, pero detrás de cada décima hay familias enteras mejorando su ingreso, rutas más limpias y ciudadanos comenzando a entender que reciclar no es una moda, sino una necesidad compartida.

De oficio informal a vocación ciudadana

La articulación con el DADSA y la participación directa del alcalde no fue simbólica. Es parte de un plan de ciudad que empieza a asumir sus deudas con lo ambiental y lo social desde la raíz.

En palabras de Paola Gómez, directora del DADSA, este proceso apenas comienza. La meta es seguir ampliando cobertura, identificar nuevas asociaciones, consolidar redes de recicladores y hacer del reciclaje una columna del nuevo modelo de ciudad. Pero no uno impuesto, sino construido con quienes más conocen la ruta del reciclaje.

VER: Recicladores piden formalización en encuentro de economía circular

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