Buzos de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional ubicaron un alijo de cocaína oculto en un cilindro que estaba adherido a la quilla de un barco en el puerto de Santa Marta.
Esta parte de la estructura de la embarcación se encuentra casi a 14 metros de profundidad y el agua impedía la visibilidad, por lo que los uniformados necesitaron su destreza y una tarde completa para que sumergirse hasta lo más profundo del barco.
Los buzos ayudados con linternas revisan como es costumbre los navíos que atracan en el puerto para transportar la carga que llevan a otros destinos en el mundo.
Los uniformados han detectado que los narcotraficantes en horas de la noche nadan muy cerca al muelle de carga sin ser detectados, para contaminar los barcos.
RUMBO A HOLANDA
Esta modalidad de tráfico de drogas es conocida como parásito, usan un cilindro metálico cargado con cocaína y sellado para evitar el contacto del alcaloide con el agua.
Aprovechan la “quilla” de la embarcación y el sistema del nivel del drenaje para amarrarlo con unos ganchos tipo prensa para evitar que durante el trayecto de más de 20 días se desprenda y se pierda el alijo.
Los uniformados vieron la pieza irregular en la estructura del barco, retiraron el pesado tubo metálico y con sogas lo izaron para sacarlo hasta la plataforma, con ayuda de un disco de corte, rompieron el metal para extraer el alcaloide.
Encontraron 40 kilos de clorhidrato de cocaína, la droga tendría como destino final el puerto de Vlissigen en Holanda y el costo del alucinógeno en este país puede alcanzar los 3 millones de euros.