Home Magdalena Cambio de rumbo en la Asamblea del Magdalena: sale Gutiérrez, entraría Pacheco

Cambio de rumbo en la Asamblea del Magdalena: sale Gutiérrez, entraría Pacheco

por Álvaro Quintana Mendoza
La destitución de Alberto Gutiérrez por doble militancia reconfigura el poder en la Asamblea; César Aarón Pacheco toma su lugar en un escenario polarizado.

La destitución de Alberto Gutiérrez por doble militancia reconfigura el poder en la Asamblea; César Pacheco Aarón toma su lugar en un escenario polarizado.

La destitución de Alberto Mario Gutiérrez Uribe, como diputado de la Asamblea Departamental del Magdalena, por el Tribunal Administrativo del Magdalena, ha desatado una tormenta política en la región.

El fallo de primera instancia, con ponencia de la magistrada María Victoria Quiñones Triana, declaró nula la elección de Gutiérrez para el periodo 2024-2027 debido a su participación en actos de doble militancia durante la campaña electoral de 2023.

Este hecho no solo marca un precedente en el control electoral regional, sino que introduciría a César Pacheco Aarón como nuevo diputado, alterando las dinámicas de poder en una Asamblea ya dividida.

Gutiérrez, miembro de la Coalición Magdalena Grande (integrada por el Partido Demócrata Colombiano, Centro Democrático y Colombia Justa Libres), fue hallado responsable de violar la Ley 1475 de 2011 al apoyar públicamente a candidatos de otros movimientos políticos.

Según la sentencia, participó en eventos proselitistas junto a Héctor Fabio Zuleta Rovira, candidato a la Alcaldía de Ciénaga por “Ven Trabajemos”, y en actos en Fundación con Luz Helena Andrade Campo y Luis Arturo De La Ossa, del Partido de Salvación Nacional.

Estas acciones, documentadas en redes sociales y eventos públicos, evidenciaron un incumplimiento de la lealtad partidaria, lo que derivó en la pérdida de su investidura.

La salida de Gutiérrez, un operador político clave y con un rol central en la coalición gobernante, dejaría un vacío significativo. Su destitución no solo debilita al bloque mayoritario, sino que iguala las fuerzas en la Asamblea, creando un escenario de paridad entre los sectores oficialistas y la oposición.

La llegada de César Pacheco Aarón, un político joven con un perfil que llama la atención y un discurso de renovación, añade incertidumbre: ¿será un aliado confiable para la mayoría o un catalizador de cambios inesperados?

Mayoría y oposición: entre paridad e incertidumbre

La coalición mayoritaria, que hasta ahora había mantenido una ventaja ajustada, enfrenta un desafío crítico con la eventual salida de Gutiérrez. Su capacidad para articular consensos y garantizar la aprobación de proyectos como el plan de desarrollo departamental o iniciativas de infraestructura está ahora en entredicho.

Pacheco Aarón, aunque alineado nominalmente con la coalición, carece de la trayectoria de Gutiérrez y podría enfrentar resistencias internas, especialmente de sectores conservadores que recelan de su agenda. Para mantener su influencia, la mayoría necesitará cohesionar a sus miembros y persuadir a Pacheco de priorizar la agenda existente.

Sin embargo, la paridad en la Asamblea complica este objetivo. Con fuerzas equilibradas, cada voto se vuelve decisivo, y la mayoría podría verse obligada a ceder terreno en negociaciones con la oposición para evitar bloqueos legislativos.

Pacheco, consciente de su posición algo ‘privilegiada’, podría optar por una postura pragmática, buscando acuerdos que le permitan consolidar su capital político.

Alternativamente, cualquier paso en falso podría fracturar aún más a la coalición, especialmente si surgen tensiones entre sus alas moderada y tradicionalista.

Oportunidad y riesgos para la oposición

La oposición, fortalecida por esta nivelación de fuerzas, encontraría una oportunidad única para influir en la agenda legislativa. Con la posibilidad de bloquear iniciativas que requieran mayorías calificadas, puede presionar por ajustes en el presupuesto departamental, mayor inversión en programas sociales o incluso auditorías a proyectos bandera del oficialismo.

No obstante, su éxito dependerá de superar las divisiones internas que han caracterizado su actuación, marcadas por diferencias entre sectores progresistas y tradicionales.

El talón de Aquiles de la oposición será su capacidad para capitalizar la inexperiencia de Pacheco sin alienar a potenciales aliados moderados. Una estrategia demasiado confrontacional podría empujar a Pacheco hacia posturas más conservadoras, reforzando a la mayoría.

Por el contrario, una aproximación dialogante podría facilitar acuerdos puntuales, aunque a costa de diluir su identidad como bloque contestatario.

Escenarios para el futuro

Negociación forzada: La paridad podría obligar a ambos bloques a priorizar el diálogo, resultando en acuerdos para avanzar en proyectos de interés común, como obras viales o políticas de educación. Pacheco, como figura emergente, podría desempeñar un rol mediador, pero esto dependerá de su habilidad para navegar las tensiones internas de la mayoría.

Parálisis legislativa: Si las diferencias ideológicas priman, la Asamblea podría estancarse, con debates interminables y bloqueos mutuos. Este escenario dañaría la imagen de la institución y alimentaría el descontento ciudadano, afectando a ambos bandos de cara a futuras elecciones.

Emergencia de un nuevo liderazgo: Pacheco podría aprovechar su entrada para construir una base de apoyo propia, atrayendo a disidentes de la mayoría y la oposición. Aunque arriesgado, este camino podría reposicionar el mapa político del Magdalena, consolidando a Pacheco como una figura influyente.

La eventual destitución de Gutiérrez y el ascenso de Pacheco señalan un momento crítico para la política magdalenense. La mayoría debe adaptarse a la pérdida de un líder experimentado, mientras que la oposición enfrenta la oportunidad –y el riesgo– de capitalizar un equilibrio de poder inédito.

En este contexto, César Pacheco Aarón emergiría como una incógnita: su capacidad para articular consensos o imponer una agenda propia definirá si la Asamblea logra superar la polarización o se hunde en la inacción. Lo cierto es que este fallo no solo sanciona una infracción electoral, sino que reconfiguraría el tablero político, si se ratifica en segunda instancia, con implicaciones que resonarán más allá del Magdalena.

VER: Así quedó conformada la Asamblea Departamental

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