La llegada de Tatang Budie Utama Razak embajador de Indonesia refuerza la estrategia de diplomacia territorial que impulsa la Alcaldía.
La reciente visita del embajador de Indonesia en Colombia, Tatang Budie Utama Razak, se convierte en un mensaje claro que Santa Marta está preparada para abrirse al mundo, tanto así que, a recepción oficial en la Alcaldía Distrital por parte del alcalde Carlos Pinedo Cuello y su equipo de gobierno reafirma esta disposición la cual, proyecta a la capital del Magdalena como una ciudad con vocación internacional, capaz de generar alianzas que impacten positivamente en el desarrollo económico, social y cultural del territorio.
La reunión, en la que participaron también el secretario de Desarrollo Económico, Carlos Jaramillo Ríos, y la secretaria de Educación, Sandra Muñoz Dorado, fue un espacio de diálogo sobre oportunidades concretas de cooperación, tratando temas como educación, comercio bilateral, energías renovables, turismo, logística portuaria y desarrollo urbano sostenible, sectores clave en los que Santa Marta tiene un alto potencial de crecimiento y en los que Indonesia ofrece experiencia y oportunidades de intercambio.
La hoja de ruta hacia la internacionalización
El encuentro con la delegación diplomática indonesia se enmarca dentro de la estrategia Connect 2040, una apuesta de la administración de Carlos Pinedo que va más allá de los discursos para convertirse en una política pública de proyección global. Esta hoja de ruta busca insertar a Santa Marta en las dinámicas del comercio internacional, atraer inversión extranjera, establecer alianzas institucionales y culturales, y posicionar a la ciudad como un nodo estratégico en la región Caribe.
Esta reunión no solo se trata de abrir las puertas a los negocios, también de construir una visión integral que permita a la ciudad dialogar de tú a tú con otras capitales del mundo.
De ciudad turística a socio estratégico en el Caribe
Durante años, Santa Marta ha sido reconocida por su riqueza natural, sus paisajes y su historia, pero su rol como actor global había sido limitado, sin embargo, esta visita del embajador Razak rompe esa inercia, pero no solo por el alto nivel del encuentro, sino porque Indonesia ve en Santa Marta un socio estratégico en el Caribe colombiano.
Esto no es menor, pues, significa que la ciudad comienza a ser vista por otros países como un punto de entrada, no solo para intercambios económicos, sino también para agendas culturales, tecnológicas y de cooperación educativa.
Indonesia, un país con más de 270 millones de habitantes, busca establecer relaciones con ciudades intermedias de América Latina y Santa Marta, con su ubicación privilegiada y sus características logísticas, puede convertirse en una puerta de acceso a otros mercados del país.
Esta visión es compartida por el embajador Razak, quien destacó la importancia de conectar con ciudades fuera de las capitales tradicionales y generar dinámicas de crecimiento compartido.
Diplomacia territorial que impacta al ciudadano
La diplomacia territorial que lidera la administración distrital no se queda en la foto ni en el protocolo, se traducir en oportunidades para jóvenes que quieren estudiar en el exterior, para emprendedores que buscan abrir mercados, para instituciones que necesitan cooperación técnica y para sectores económicos que requieren nuevos socios comerciales.
Carlos Pinedo Cuello ha dejado claro que su gestión va a mirar hacia fuera, pero sin perder de vista lo que ocurre dentro de la ciudad. Su apuesta es convertir a Santa Marta en una ciudad competitiva y conectada globalmente, sí, pero también en una ciudad que mejora la calidad de vida de sus habitantes gracias a esas conexiones.
Educación, innovación y cultura
Dentro de los temas tratados en la reunión con el embajador de Indonesia, el componente educativo fue uno de los más destacados, el interés por intercambiar buenas prácticas, establecer vínculos entre instituciones educativas y explorar becas o programas conjuntos habla de una Santa Marta que entiende que el conocimiento es el verdadero motor del progreso en ese sentido, las alianzas que puedan surgir en materia educativa para ampliar los horizontes de miles de jóvenes.
La cultura, por su parte, ofrece un terreno fértil para el diálogo entre dos naciones con tradiciones milenarias y diversidad étnica. La posibilidad de intercambios culturales, exposiciones conjuntas o festivales binacionales no solo enriquecería la vida de los samarios, sino que consolidaría una imagen de ciudad viva, plural y moderna.
El reto ahora está en convertir esta visita en proyectos concretos, en construir relaciones duraderas y en seguir fortaleciendo la imagen de una ciudad que quiere ser protagonista del siglo XXI.
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