Esta visita rememora los procesos, comunidades, haciendas y prácticas sostenibles sobre la historia del café en la Sierra Nevada de Santa Marta.
En una iniciativa que busca sumergir a los visitantes en la tradición cafetera de la Sierra Nevada de Santa Marta, el Museo del Oro Tairona-Casa de la Aduana presenta la visita temática «Campesinos y Familias Caficultoras».
Esta experiencia única se lleva a cabo todos los jueves del mes, proporcionando a los asistentes la oportunidad de explorar las historias detrás del café y las comunidades que han cultivado esta tradición a lo largo de los años.
La visita temática ofrece una inmersión en la historia del café en la Sierra Nevada de Santa Marta, abarcando desde sus principios hasta la actualidad. Los participantes pueden explorar los procesos de colonización, las comunidades campesinas, las icónicas haciendas históricas y las parcelas que han sido fundamentales en la producción cafetera.
Además, se destacan las prácticas sostenibles adoptadas por las familias campesinas, así como las diversas actividades económicas alternas al cultivo del café que han desarrollado a lo largo del tiempo.
CUANDO EL CAFÉ CUENTA SU HISTORIA
La Sierra Nevada, hogar de una arraigada tradición cafetera que se extiende por más de 140 años, recibió a diversas familias extranjeras en los siglos XVIII y XIX, principalmente provenientes de Francia y Holanda.
Estas familias establecieron las primeras haciendas cafeteras, como Onaca, El Recuerdo, Jirocasaca, Minca, La Victoria, Cincinnati y María Teresa. La producción masiva de café en estas haciendas dio lugar a las primeras exportadoras, destacando la calidad del café de la Sierra Nevada en mercados internacionales.
La cultura cafetera en este conjunto montañoso también se forjó a través de las migraciones de campesinos que, huyendo de la violencia bipartidista en el centro del país durante mediados del siglo XX, encontraron refugio en las montañas.
Finalmente, la mayoría de ellos se mudó al área cafetera de la Sierra en municipios como Fundación, Aracataca, Ciénaga y Santa Marta, situados entre 700 y 1500 metros sobre el nivel del mar.