En Santa Marta la atención en salud a la población venezolana es cobijada solo para el nivel de urgencias. A sus desdichas como migrantes venezolanos ahora se les suma la incapacidad estatal del sistema de salud para atenderlos. Su presencia en el país ha generado congestiones en centros asistenciales y deudas no previstas por las autoridades distritales.
Cuando un ciudadano venezolano se enferma en la capital del Magdalena debe rogar a sus santos la cura o llorar sus desdichas, porque la atención en salud es limitada.
Sin trabajo, sin dinero, sin vivienda y también sin salud. Es la realidad de los venezolanos que han llegado a Santa Marta escapando del régimen de Nicolas Maduro Moros.
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Su triste realidad se suma a la falta de insumos que afrontan la mayoría de los puestos de salud del distrito. Si para los propios ha sido difícil para los foráneos ni se diga.
Correr de un centro asistencial a otro es más común de lo que imaginamos para los venezolanos. Algunas clínicas han cerrado sus puertas a la atención de esta población.
ATENCIÓN LIMITADA
El 12 de junio de 2018 la Corte Constitucional falló en favor de la población venezolana donde le ordena al Estado colombiano adoptar medidas para su atención eficaz.
En la misiva la corte exige la atención en salud de esta población de manera progresiva donde se destinen los recursos suficientes para que no se vea en un riesgo mayor el actual sistema.
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Sin embargo, en Santa Marta la situación es otra. La Secretaría de Salud distrital como máximo ente regulador de la salud en la ciudad solo brinda la atención inicial de urgencias.
La escasez de insumos en la red de atención hospitalaria hace que los enfermos venezolanos no sean atendidos en prácticamente ningún centro asistencial público de Santa Marta.
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VENEZOLANOS: UNA CARGA ENDEUDADA
A corte de junio del presente año, la Secretaría de Salud distrital adeuda en los diferentes centros asistenciales una suma superior a los $5.000 millones de pesos.
La cifra que tiene en apuros a la Secretaría corresponde solamente a la atención en salud de la población venezolana en Santa Marta.
En los cajones de la entidad reposan 4.205 facturas generadas en el primer semestre del 2018. La mayor parte de venezolanos atendidos son indocumentados.
A esta situación se le suma el difícil momento que vive la E.S.E. Alejandro Próspero Reverand y la serie de puestos de salud inconclusos de la ciudad.
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NI A LOS BEBÉS ATIENDEN
Las decenas de venezolanos que son rechazados en los diferentes puestos de Salud, viola la existencia de los derechos fundamentales que exigen su atención.
En este valle de enfermos existe un manantial, se llama Policlínica La Castellana. Es uno de los pocos lugares de la ciudad donde no los rechazan. Así lo vivió William Ronal Mora León.
Llevó a su hija de 10 meses al hospital Fernando Troconis con gripe, pero no la recibieron; habían muchos pacientes. Desesperado conoció que en La Castellana podrían atender a su bebé y así fue.
Allí, la atención no superó el diagnóstico y un par de terapias respiratorias, sin desconocer que todos los insumos deberieron ser provistos por él. La situación es indignante.
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EL TROCONIS ‘FULL’
El pasado miércoles 12 de septiembre, la gobernadora Rosa Cotes de Zúñiga visitó la recién inaugurada sala de urgencias del Hospital Universitario Fernando Troconis. Ya no le cabía un solo convaleciente.
Su presencia tenía como propósito comprobar la congestión que vive a diario el centro asistencial, en razón, por el gran afluente de población venezolana que espera ser atendida.
¡A punto de colapsar urgencias de @HUFTactual! Se desborda la capacidad del Hospital por la cantidad de pacientes locales y venezolanos que van por el servicio que no se presta en puestos de salud. Gobernadora @cotes_rosa y el gerente @tomdiazgra piden a @MinSaludCol intervenir? pic.twitter.com/p5kv7k2Ywr
— Código Prensa (@Codigo_Prensa) September 12, 2018
Notablemente molesta, la gobernadora envío un mensaje a la administración distrital para que tome cartas en el asunto que en gran parte los responsabiliza de esta situación.
La falta insumos y los puestos de salud inconclusos generan todo el flujo de atención de primer nivel al hospital departamental.
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¡24 HORAS CON UNA CLAVO EN SU MANO!
Rafael Aldana es una de las caras que muestran la desgracia que viven los venezolanos en Santa Marta para ser atendidos. Al momento de entrevistarlo, llevaba 24 horas con un clavo en su mano.
Este ciudadano tuvo un accidente en la carpintería donde labora desde hace ocho meses y a pesar de estar de manera regular en Colombia, su atención ha sido demorada en el Hospital Universitario Fernando Troconis.
Para Rafael la espera ha sido eterna porque muchos pacientes también necesitan la atención de un ortopedista. En un día entero solo le pudieron hacer una radiografía y suministrarle los calmantes necesarios.
El hospital se ha convertido en el único centro asistencial donde los ciudadanos venezolanos reciben atención sin pagar un solo peso. En las clínicas y puestos de salud deben proveer los medicamentos para ser atendidos.
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LAS CIFRAS DEL DISTRITO
En Santa Marta se ha realizado la sisbenización y afiliación al régimen subsidiado en salud a 289 migrantes venezolanos. La cifra crecerá tras la entrega de los Permisos Especial de Permanencia.
Pero no todos están en esa condición, 227 venezolanos que han llegado a Santa Marta a trabajar de manera legal han sido afiliados al régimen contributivo.
A junio de 2017, la Secretaría de Salud distrital había atendido a 500 venezolanos. 14 meses después, la atención ha subido en un 840 %. 3,286 venezolanos han sido vacunados este año.
A pesar de prestar el servicio, la administración distrital espera los recursos del gobierno nacional para saldar la deuda actual y crear campañas de promoción y prevención para esta población.