Francisco Nuibita Dingula le lleva una vida de experiencia a los ‘pajareros’ de la Sierra Nevada de Santa Marta. Él y las aves han sido uno desde tiempos remotos.
Es hijo de un mamo y todos pensaban que Francisco también lo sería. De hecho, está a punto de serlo, pero no guiando a su pueblo sino a avituristas.
Su conexión con las aves no es de esta esfera, viene de mucho más allá. Del lugar donde se destinan quienes rigen los hilos de la madre naturaleza.