Portada Portada «Ser samario es un estado del alma»: Foro ‘Pepe Alzamora’

«Ser samario es un estado del alma»: Foro ‘Pepe Alzamora’

Por María José Bolaños
Dos días del foro “José Pepe Alzamora” sirvieron para recordar el inicio de Las fiestas del Mar y la historia cultural de la ciudad.

Dos días del foro “José Pepe Alzamora” sirvieron para recordar el inicio de Las Fiestas del Mar y la historia cultural de la ciudad.

Con más de un centenar de asistentes, se desarrolló el conversatorio denominado «El Origen», el último evento del foro “José Pepe Alzamora”.

Este contó con la participación de Roberto Hernández Hernández, exfuncionario de Telecom; María del Carmen Olarte Alzamora, sobrina de Pepe, el padre de La Fiesta del Mar; y el poeta samario Abel Rivera.

En este último conversatorio, María del Carmen Olarte relató cómo nacieron las Fiestas del Mar. Explicó que Pepe Alzamora organizó la primera competencia náutica en 1957, en la que compitieron dos equipos: los Delfines y los Tiburones.

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Luego, en 1958, creó el Festival Náutico, y finalmente, en 1959, le dio forma a la primera fiesta, una empresa titánica en la que contó con el apoyo del capitán Ospina Navia y el empresario J. Emilio Bermúdez.

Roberto Hernández Hernández, testigo de la época, contó a los asistentes cómo se vivieron las fiestas en 1959. Hernández, con 16 años entonces, expresó cómo el camellón de la Bahía fue convertido en una «gran caseta a cielo abierto», en la que los samarios disfrutaron al ritmo de las orquestas y conjuntos invitados. 

«Fue fenomenal. Vinieron orquestas internacionales: Los Melódicos de Renato Capriles; La Billos Caraca’s Boys, y músicos nuestros que entonces comenzaban carrera: Aníbal Velázquez y Alfredo Gutiérrez», expresó. «Pepe Alzamora fue el padre y gran creador de La Fiesta del Mar», puntualizó.

En este conversatorio también tuvo lugar la nostalgia. Hernández recordó aquellos valores de la samariedad que lamentablemente se han perdido: la fraternidad y la camaradería. Sin esta camaradería, indicó,  Pepe Alzamora no hubiese encontrado respaldo en el Capitán Ospina Navia y en Emilio J. Bermúdez, que vino desde Bogotá para gestionar el Festival Náutico en 1958 y organizar la primera gran Fiesta del Mar en el año siguiente. Destacó también “la decencia y el cortejo caballeroso” que enamoraron a nuestros abuelos.

«Estamos agradecido con Carlos Pinedo Cuello y con el secretario de Cultura, Darío Linero, por haber enfrentado el reto de rescatar la samariedad y la Fiesta del Mar. Ojalá nos metamos en la cabeza que ser samario es un estado del alma, un privilegio», concluyó Hernández, muy emocionado.

Por último, el poeta Abel Rivera, evocó la calle en la que nació, el barrio en el que creció, 13 de Junio, fundado durante el gobierno de Rojas Pinilla, en 1953, y cerró su intervención con un muy cálido y sentido poema a su ciudad natal, en el que se destacan los motivos del mar, la espontaneidad de las viejas calles samarias y el ulular de los vientos alisios.

Estaba muy pequeño cuando se hizo la primera Fiesta del Mar y las siguientes, pero, indicó, conserva un inmenso álbum de fotos de la época con sus padres y vecinos: un valioso archivo disponible para quienes estén interesados en asomarse a unas fiestas que merecen ser rescatadas para la ciudad y las nuevas generaciones que recorren sus calles.

Primer día del Foro ‘Pepe Alzamora’

La noche del lunes 22 de julio, la sala principal del Teatro Santa Marta fue el escenario del conversatorio «Íconos de la Samariedad».  El evento contó con la participación del historiador Joaquín Viloria y los gestores culturales Alaín Manjarrés y Patricia Linero, quienes ofrecieron una enriquecedora discusión sobre el concepto de la samariedad y las figuras icónicas representan la ciudad.

«Iìconos de la Samariedad» permitió a los asistentes conocer sobre íconos más allá de figuras como Carlos Vives, El Pibe Valderrama, El Tigre Falcao y el morro. También escucharon hablar de los Teyuna y personajes como el pintor Momo del Villar y el poeta del mar, Gregorio Castañeda Aragón.

El director de la Fundación Pescaíto Dorado, Alaín Manjarrés, sostuvo que uno de los rasgos de la samariedad es que le cuesta aplaudir a sus ídolos y héroes. Ante esto, su fundación reconoce anualmente personajes que aportan a distintos ámbitos de la vida samaria: periodistas, cultores, deportistas, docentes, etc..

Otro tema del conversatorio fue la gastronomía samaria. Delicias como el mote de guineo, el arroz de bonito, el arroz de fríjol cabecita negra y el helado de leche, animaron el público.

En cuanto a los espacios geofráficos que representan la samariedad: para Patricia Moreno Linero, más allá de los sitios, deben incorporarse en nuestra cotidianidad os nombres de las calles antiguas, ejemplo: La calle Tumbacuatro, la de la cárcel, la calle del pozo, entre otras. Para Alaín Manjarrés, por su parte, son los barrios populares: Manzanarez, Cundí, Pescaíto, Bastidas, entre otros.

«Un lugar icónico en Santa Marta» —añadió Joaquín Viloria— «sinduda, es el puerto. A nivel colonial, la casa del Museo Tayrona. Haciendas importantes, San Pedro Alejandrino».

VER: Exitoso desfile Folclórico Infantil en el inicio de la Fiesta del Mar

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