Pasaron de las palabras a los hechos y se han propuesto suplir una necesidad en materia de seguridad ciudadana, en un sector azotado por la delincuencia.
Ellos son como los ’12 Apóstoles’ de Jesucristo; no predican pero su misión es tan noble como la de la docena de discípulos que hace más de 2000 años acompañaron al Mesías.
Son universitarios y emprendieron una cruzada por conseguir un Centro de Atención Inmediata de la Policía Nacional, en las afueras de la Universidad del Magdalena.
La consigna es: No más atracos, quiero estudiar. El objetivo es sentirse tranquilos.
Ellos, como una especie de ‘Liga de la Justicia’, se unieron para combatir el estigma de que los alrededores de su centro de estudios, siempre esté en ‘temporada alta de robos’.
Su esfuerzo no es solamente por ellos sino también, por las cientos de familias que por más de 15 años han sido víctimas de los atracadores y conviven con la intranquilidad.
DE VÍCTIMAS A LÍDERES
Es de no creer, pero los doce representan una gran paradoja: ¡todos han sido asaltados!. Inclusive, la mitad de ellos han sufrido algún hurto, en más de una oportunidad.
Ir a clases es para ellos, someterse a pruebas diarias de ‘otro nivel’: se resisten a profesores que intimidan, repelen las tribus sociales y enfrentan la delincuencia.
Lo único que piden los universitarios es tener una estación de Policía como la que tiene en Santa Marta el barrio Los Ángeles, lugar donde fue tomada la fotografía.
Entre el voz a voz y las casualidades fueron encontrando coincidencias. Un amigo le dijo a otro y así conformaron el “apostolado” contra los atracos y sus perpetradores.
Hace un mes entendieron que debían pasar de las palabras a los hechos. ¡No querían marchas!. ¡Rechazaron la protesta simbólica!. ¡Había que trascender!. ¿Qué hacer?.
CAUSAS CIUDADANAS
¡Se les encendió el genio en su cabeza!. Encontraron una manera que más que quejarse les permitía proponer. Activar el mecanismo estaba en sus manos.
Se pusieron las pilas y le dieron forma a su ‘Causa Ciudadana’, una herramienta del Ministerio del Interior que ayuda a resolver problemas sensibles de la sociedad.
Esta es la publicidad con la que han movido la causa en redes sociales y medios de comunicación para motivar las firmas.
Con esta petición que debe ser de interés general, ser incluyente y de competencia estatal, pretenden que el mismísimo Gobierno Nacional intervenga.
Para llamar la atención de Bogotá, deben reunir 20.000 firmas digitales. Antes de escribir esta nota, tenían 13.741. No ha sido fácil pero todo indica que lo lograrán.
NO MÁS ATRACOS
Hace más de quince años los alrededores de la Universidad del Magdalena han padecido por crímenes y atracos; y los universitarios han demostrado su descontento.
Ha sido una generación tras otra, pero la solución suele ser temporal. Instalan policías por ratos, llevan a cabo redadas ocasionales y luego las medidas se diluyen.
La policía Metropolitana con el objetivo de sumarse a la causa ha aumentado los patrullajes en la zona.
Ellos saben que es una misión ambiciosa pero confían en que todas las víctimas y sus allegados, se unan y firmen la petición alojada en: +Seguridad –Atracos
El reto: sumar 20.000 apoyos digitales en las redes sociales y firmas digitales de la plataforma digital www.change.org para que se fijen en ello.
LOS RESULTADOS
Cuando los apoyos estén completos el Viceministerio para la Participación e Igualdad de Derechos los contactará para brindar acompañamiento y gestión.
El discurso está listo y las pruebas también, en dos semanas que lleva publicada la iniciativa dos jóvenes han sido víctimas de robos.
Continuamos con planes puerta a puerta desde el sector de @unimagdalena en pro de la convivencia y seguridad ciudadana. #SemanaSantaSegura @NoMas_Atracos pic.twitter.com/JQXX37qZnO
— CR. Gustavo Berdugo (@PoliciaStaMarta) 23 de marzo de 2018
El ‘ruido’ que han hecho llegó tan lejos que el comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, los escuchó y les ofreció su apoyo. Aún no se materializa.
La Capital de Magdalena, en general, está inquieta con los altos niveles de robo y este sentir juvenil recoge la angustia de más de 400.000 personas intimidadas.