Este análisis examina cómo se ha ‘institucionalizado’ el saqueo de camiones en Tasajera, las normativas colombianas que se violan y las posibles soluciones para un problema que ha convertido a este tramo de la carretera Troncal del Caribe en ‘tierra de nadie’.
El corregimiento de Tasajera, ubicado en el municipio de Pueblo Viejo en el departamento de Magdalena, Colombia, se ha convertido en un epicentro de saqueos a camiones de carga en la carretera Troncal del Caribe. Esta vía conecta a Santa Marta con Barranquilla y ha sido testigo de múltiples incidentes de despojo por parte de sus habitantes.
A pesar de las tragedias ocurridas, como el incendio de un camión cisterna en julio de 2020 que dejó 45 muertos y 19 heridos, la práctica del saqueo no solo persiste, sino que parece haberse normalizado. El último incidente, ocurrido el 31 de mayo de 2024, involucró el robo de un camión varado que transportaba guitarras nuevas.
Tasajera: una población bajo el lente de ‘la piratería’
Tasajera es uno de los cinco corregimientos del municipio de Pueblo Viejo, ubicado frente al mar Caribe. La comunidad ha sido históricamente afectada por la pobreza y la falta de oportunidades económicas. Esta situación ha generado un ambiente propicio para el surgimiento de conductas delictivas como los saqueos a camiones de carga que transitan por la Troncal del Caribe.
La historia de saqueos en Tasajera es larga y trágica. En julio de 2020, un intento de robar gasolina de un camión cisterna resultó en una explosión que causó la muerte de 45 personas y dejó heridas a 19 más. A pesar de la gravedad de este incidente, los saqueos no han cesado. En octubre de 2023, un camión que transportaba madera sufrió la rapiña de una turba, y en noviembre de 2023, otro camión que transportaba medicamentos sufrió el mismo destino. Estos eventos reflejan una tendencia preocupante que parece haberse consolidado en la zona.
Tasajera: normalización del saqueo en la Troncal del Caribe
El incidente más reciente, ocurrido el 31 de mayo de 2024, es un claro ejemplo de la normalización del saqueo en Tasajera. Un camión que sufrió desperfectos mecánicos quedó varado en la Troncal del Caribe y fue rápidamente despojado de su cargamento de guitarras nuevas por los habitantes de la localidad. Este evento pone en evidencia la permisividad de las autoridades locales y la falta de control sobre esta práctica delictiva.
Las autoridades, tanto la Alcaldía del municipio de Pueblo Viejo como la Gobernación del Magdalena, se responsabilizan mutuamente por la falta de acción efectiva. La policía, por su parte, ha sido acusada de mirar hacia otro lado, permitiendo que los saqueos se lleven a cabo sin consecuencias legales para los responsables.
Tierra de nadie: la aguda crisis de seguridad en Tasajera
Los saqueos a camiones de carga en la Troncal del Caribe violan múltiples normativas del Código Penal Colombiano. Entre las disposiciones legales transgredidas se encuentran:
1. Hurto (Artículo 239): Este delito se comete cuando alguien se apodera de un bien ajeno, mueble o inmueble, sin consentimiento del dueño y con ánimo de lucrarse. Los saqueos de camiones en Tasajera claramente constituyen actos de hurto.
2. Daño en bien ajeno (Artículo 265): Este artículo se refiere al daño causado a propiedad privada. En el caso de los camiones saqueados, además de la mercancía robada, a menudo se causa daño a los vehículos y a las estructuras circundantes.
3. Perturbación en servicio de transporte público (Artículo 353A): La obstrucción y el saqueo de camiones en una carretera nacional afectan el servicio de transporte público, lo que está tipificado como delito en la legislación colombiana.
A pesar de estas disposiciones, en Tasajera parece existir una especie de ‘licencia para robar’. Los habitantes justifican sus acciones argumentando la pobreza y la necesidad, mientras que las autoridades fallan en aplicar la ley de manera efectiva.
Permisividad y pobreza: el fenómeno de los saqueos
La normalización de los saqueos tiene múltiples consecuencias negativas. Primero, afecta la seguridad de los transportistas y la integridad de los bienes transportados. Segundo, genera un ambiente de impunidad que puede incentivar otros tipos de delitos. Tercero, deteriora la imagen de la región, afectando potencialmente el turismo y la inversión en el área.
El impacto psicológico en los residentes también es significativo. La violencia y el delito se convierten en parte de la vida cotidiana, afectando la percepción de lo que es aceptable y normal. Esto puede tener consecuencias de largo plazo en la cohesión social y en las oportunidades de desarrollo de la comunidad.
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De la necesidad al delito: realidad y propuestas de solución
1. Fortalecimiento de la presencia Policial: Aumentar la presencia y la eficacia de las fuerzas de seguridad en la Troncal del Caribe, especialmente en el tramo que pasa por Tasajera, para prevenir y responder rápidamente a los intentos de saqueo.
2. Programas de desarrollo social y económico: Implementar programas que aborden las causas subyacentes de la pobreza y la falta de oportunidades en Tasajera. Esto incluye educación, capacitación laboral y proyectos de desarrollo económico que puedan ofrecer alternativas a la delincuencia.
3. Campañas de concienciación: Desarrollar campañas que eduquen a la población sobre las consecuencias legales y morales del saqueo, fomentando una cultura de legalidad y respeto por la propiedad privada.
4. Colaboración entre entidades gubernamentales: Fomentar una mejor coordinación entre las diferentes entidades gubernamentales, incluyendo la Alcaldía de Pueblo Viejo, la Gobernación del Magdalena y las fuerzas de seguridad, para asegurar una respuesta integral y efectiva al problema.
5. Participación de la comunidad: Involucrar a la comunidad en la solución del problema a través de mesas de diálogo y comités de vigilancia ciudadana que trabajen de forma conjunta con las autoridades para prevenir y denunciar actos delictivos.
El fenómeno de los saqueos a camiones de carga en Tasajera refleja una compleja interacción de factores económicos, sociales y legales. La normalización de esta conducta es un indicativo de la falta de oportunidades y de una aplicación insuficiente de la ley.
Abordar este problema requiere una respuesta multifacética que incluya la mejora de la seguridad, el desarrollo socioeconómico y la concienciación de la comunidad. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido se podrá transformar la ‘tierra de nadie’ en un lugar seguro y próspero para sus habitantes.
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