Stalin Antonio Ballesteros García es la ficha Caribe que busca ser miembro de una comisión orientada a reconstruir los pormenores del conflicto..
“Conocí el significado de la palabra exilio cuando a mis siete años no podía ni escribirla”. Relata Stalin Antonio Ballesteros García en su carta de postulación.
La misiva es requisito para ser parte de la Comisión de la Verdad: un grupo élite que busca la verdad de lo ocurrido en el conflicto armado colombiano.
Un conflicto que vivió en carne propia, luego que su padre, Juan Ballesteros, sobreviviera a varios atentados y al exilio por su militancia en la Unión Patriótica.
Desde ahí vivenció como sus amigos, familiares y conocidos eran víctimas de una guerra imperante, que lo hizo tomar la decisión irrevertible de apostarle a la paz.
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SOBREVIVIR AL EXILIO
La defensa del territorio y los señalamientos a las nacientes estructuras paramilitares, le valieron al padre de Stalin su exilio en la Alemania Oriental.
Quizás un sueño para Juan Ballesteros, campesino y un izquierdista de pura cepa, que bautizó a su único hijo varón con el nombre del ídolo comunista Iósif Stalin.
El exilio, significó para Stalin el inicio de un matriarcado que debía sacarlo adelante, a punta de ventas informales en lo que es hoy la carrera Quinta.
Estudió en el colegio San Pedro Alejandrino, pero su estilo de rockero de los 90, le valieron una amenaza del ‘para’ Hernán Giraldo Serna.
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El EMPRESARIO
Afectado por las amenazas que tuvo que sortear por ser hijo de un militante de izquierda, llegó a anhelar a ser todo lo contrario: un capitalista exitoso.
Por eso decidió iniciar una carrera en Comercio Exterior en la Universidad Cooperativa, aunque prontamente, quizás por genética, se dio cuenta de su error.
Las luchas sociales lo trastocaban bastante, anhelaba la lucha alternativa, y se inscribió en Economía en la Universidad del Magdalena. Hoy su segundo hogar.
Allí vivió de cerca la fuerza del movimiento estudiantil, compartió con grandes ideólogos como Alfredo Correa de Andreis; e indudablemente cambió su rumbo.
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LA MEMORIA
Entendió que los vulnerados y las víctimas eran su familia. Aunque terminó su carrera, prontamente inició una maestría en Relaciones Internacionales en Bogotá.
La Universidad Javeriana le abrió sus puertas; estaba en la misma alma máter de su ídolo Carlos Pizarro. Pero a diferencia de él, la insurgencia no era una opción.
Le duelen más las víctimas del conflicto desde que en su afán de apostarle a la paz, empezó a conocer y acompañar los relatos de muerte y desplazamiento.
En 2007, cofundó la organización Hijos e Hijas de la Memoria contra la Impunidad; su primera acción fue sacar un listado de los ‘parapolíticos’ de Magdalena.
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JUSTICIA Y PAZ
Entre los años 2006 y 2010, gobierno del expresidente Álvaro Uribe; inició la Ley de Justicia y Paz para terminar el accionar criminal paramilitar
Bastante similar al actual acuerdo de paz, se acordaron una serie de concesiones políticas y amnistías jurídicas que para Ballesteros, no significaron justicia.
Stalin, a través de su organización madre, y a través de muchas otras, empezó a batallar para instigar a la sanción jurídica, política y social de estas estructuras.
Siendo profesor y sindicalista de la Universidad del Magdalena, encontró en la educación la manera de formar nuevas generaciones que fueran hijos de la paz.
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CASA DE LA MEMORIA
La firma de un Acuerdo de Paz con las Farc, significó para Stalin Ballesteros la oportunidad de repensarnos como país y cambiar las narrativas de guerra.
Su labor, no la hace solo desde la academia, sino también en su casa, al lado de su hija Abril y su esposa Claudia, con la que acaba de inaugurar la Casa de la Memoria.
Un espacio pensado para ser refugio de víctimas, tarima de defensores de derechos humanos y una exposición permanente de víctimas que dejó la guerra.
Tal vez por eso, son 39 las organizaciones y colectivos de este tipo, que avalan su candidatura a comisionado de la Verdad. ¡Hasta el cineasta, Ciro Guerra lo apoya!
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