Un cachorro de sólo tres meses, estaría en grave estado de salud, según su dueña, después de ser vacunado por la Alcaldía Distrital.
Jennifer Monterrosa nunca pensó que con aceptar que su perro, de sólo tres meses, fuera vacunado en una jornada de la Alcaldía, iba a arriesgar su vida.
‘Draky’ como fue bautizado, es un perrito mestizo que se caracterizaba por su energía inalcanzable. Debido a su corta vida, aún no tenía todas las vacunas.
Por eso, a su dueña se le hizo bien aceptar el ofrecimiento de los funcionarios, que se acercaron hasta su vivienda ubicada en el barrio La Ciudadela.
Según relata, primero lo inyectaron, pero el profesional insistió en colocar una segunda dosis, porque la primera se había derramado. Todo cambió desde ahí.
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NO HAY RESPUESTAS
Jennifer, registró el cambio inmediato que tuvo su cachorro. Estaba desorientado, paralizado, no podía tenerse en pie, y botaba un líquido blanco por la boca.
De inmediato increpó a los funcionarios de la jornada, pero estos le dijeron que no tenía protocolos para estos casos. Que si moría, podrían gestionar su recogida.
¡Draky es el mejor amigo de sus hijos! Y esta respuesta la dejó estupefacta. ¿Se imaginan vacunarse, quedar inmovilizado por la vacuna y que nadie les responda?
Con una fractura en su tobillo y sin recursos, Jennifer expuso la situación en redes. La presión ciudadana, instó a la Alcaldía a responder. O eso creyó.
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SIN AUTORIZACIÓN
Funcionarios a cargo de la jornada, buscaron al pequeño Draky y le dijeron que lo llevarían para ser atendido por un veterinario en la clínica Urgencias Veterinarias.
Empezó a tener contacto telefónico con el médico para saber el diagnóstico, y vaya sorpresa cuando le comunicó que sólo le dio a Draky los primeros auxilios.
Afirmando que los funcionarios de la Alcaldía de Virna Johnson, no le habían dado autorización de hacer ningún procedimiento clínico, ni siquiera unos exámenes.
Buscó al veterinario designado por la Alcaldía en las jornadas de vacunación, y él señaló que son programas masivos y no pueden responder por un solo caso.
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¿Y LA RESPONSABILIDAD?
Al día de hoy, Jennifer y sus hijos están desesperados, tratando de buscar respuestas por parte de la administración distrital a cargo de la jornada.
Suplican porque la Alcaldía asuma su responsabilidad, y autorice los tratamientos necesarios de un cachorro, cuyo único pecado es el de acceder a unas vacunas.
Lastimosamente el caso de Draky parece no ser el único, pues a través de redes otros ciudadanos han denunciado el deceso de sus animales por estas jornadas.
La falta de profesionales idóneos, o la calidad de las vacunas, serían los responsables. Sólo se pide justicia, por seres que son más que animales.
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