Este taxi es solo uno de los muchos vehículos temáticos que existen en Santa Marta».
Pocas veces es posible encontrar a personas que hacen su labor por pasión que por necesidad. Uno de ellos es Luis Alfonso Manjarrés González, un taxista que lleva su patriotismo no solo en la sangre, sino en el vehículo con el que se gana la vida.
Mientras esperaba un medio de transporte en una de estas tardes calurosas de ‘La Samaria’, y con el afán de llegar lo más pronto posible a mi lugar de destino, opté en compañía de un amigo tomar un taxi.
El primer vehículo amarillo que apareció fue ‘El Colombianísimo”, un Kia Picanto que, al ingresar a él, nos transportó a vivir la fiebre tricolor.
Todo el vehículo transmite la fiebre tricolor.
LA PASIÓN POR COLOMBIA
La selección ha sido el amor de toda su vida, esta pasión ha estado con él en los 25 años que lleva como conductor de taxi. En sus inicios con un carro ajeno, pero desde hace poco con uno propio que le regaló uno de sus hijos.
Para conocer lo profundo de su amor por el combinado nacional, solo es necesario visualizar su instrumento de trabajo.
Los asientos están forrados por el amarillo, azul y rojo de nuestra bandera. Las cortinas de las ventanas llevan los mismos colores.
En su parabrisas no cuelga un perrito moviendo la cabeza ni un rosario para asegurarse, es la camisa de la selección la que acompaña día tras día a ‘El colombianísimo’ en el ejercicio de transportar a la gente.
UN MAL MOMENTO
Cómo el mismo lo afirma, en el año 2016 vivió uno de los momentos más incómodos en sus casi tres décadas como transportador.
Al pasar por un puesto de control de la policía en cercanías al Aeropuerto Simón Bolívar, un agente de tránsito le impuso un comparendo por llevar unas calcomanías en el capó del carro, en los retrovisores y en los costados alusivos a la selección Colombia.
La ley establece en la resolución número 03199 del 28 de diciembre de 1999 emitida por el Ministerio de transporte en su artículo primero que “Los vehículos clase automóvil destinados a la prestación del servicio público individual en vehículos taxi” deben entre otros:
“Estar pintados completamente de color amarillo”.
En este caso la ley fue más fuerte que la pasión y Manjarrés no pudo poner sus calcomanías en la parte exterior del taxi, solo una banderita en la antena de radio.
Así lucia "El colombianísimo" antes de ser multado por la autoridad.
AMOR ANTES QUE OBLIGACIÓN
“Me gusta lo que hago, lo importante no es lo que gano sino servirle a la gente”: resalta Luís Alfonso al preguntarle sobre su labor como conductor.
El amor por su equipo del alma tiene la misma proporción su cariño por su oficio, cariño a un arte que le ha permitido mantener a su familia.
“Manejando, mis hijos son profesionales. Una, es Administradora de empresas, otra es docente y el hijo es policía” acota ‘El colombianísimo’ con orgullo.
Su filosofía es agradar al pasajero, expresa que tanto samarios como extranjeros se asombran de su vehículo, pero mucho más de su calidad humana. Siempre trabaja con el ánimo de agradarle a la gente.
UN SUEÑO POR CUMPLIR
A pesar de que este colorido taxista ha visto jugar a la selección Colombia en el estadio Metropolitano de Barranquilla, uno de sus sueños es transportar al samario Radamel ‘Falcao’ García.
Aunque está ilusión está vigente, ‘El colombianísimo’ piensa estampar en el techo de su taxi el estadio, casa de la selección con ‘El Tigre’ en el centro; Su deseo, transportar a sus pasajeros más allá de su destino, a vivir el deporte más lindo del mundo, el fútbol.
