Participantes en el Festival de la Juventud profanaron con grafitis a la Quinta de San Pedro Alejandrino, última morada de Simón Bolívar.
Todos los muros que demarcan la zona de ingreso a la Quinta de San Pedro Alejandrino, lugar donde el 17 de diciembre de 1830 falleció ‘El Libertador’, Simón Bolívar; fueron profanados por los participantes en el Festival de la Juventud Comunista.
Los vándalos se ensañaron con las paredes de la histórica hacienda, escribiendo media docena de grafitis alusivos a las causas e ideologías comunistas, además de dibujar la hoz y el martillo que es uno de los símbolos que representa a esta tendencia política.
En las imágenes captadas por espontáneos que pasaron por el lugar y fueron publicadas en redes sociales, se aprecian mensajes como: ‘Viva el paro’, ‘Juco Valle’ refiriéndose a las Juventudes Comunistas y ‘Somos la fuerza del Común’ que es el eslogan de las Farc.
Las fotografías dejan en evidencia que se trata de un ataque de una de las facciones radicales de la izquierda colombiana. Los daños causados a la Quinta de San Pedro Alejandrino, donde falleció ‘El Libertador’, Simón Bolívar, son incalculables.
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RECHAZO DEL MUSEO
La Fundación Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo-Quinta de San Pedro Alejandrino rechazó el atentado al Monumento histórico a través de grafitis escritos, en la zona de ingreso del sitio turístico, que aparecieron en la tarde del pasado viernes 12 de noviembre.
En su comunicado, la organización cita a Simón Bolívar para mostrar la incoherencia de este tipo de acciones. ‘El Libertador’ dijo: Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción’. Este acto vandálico golpea al sector cultural y hiere la historia de Colombia.
Según la Fundación Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo-Quinta de San Pedro Alejandrino, este tipo de acciones desdibujan el verdadero sentir de la libertad de expresión, que va en contra de esos valores tan sencillos como el respeto a la identidad y la pertenencia.
Apreciar este tipo de actitudes en contra del sitio considerado la última morada del gran héroe nacional: Simón Bolívar, es triste y desafortunado. Se trata de un atentado a un tesoro histórico, no solo de los samarios, sino de todos los colombianos y de las naciones bolivarianas.
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