Un nuevo motivo de esperanza nace para un grupo de familias de La Boquilla, en jurisdicción del municipio de Plato, despojadas de sus tierras por miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia, al mando de Jorge 40.
El Gobierno nacional, a través de la restitución de tierras, reconoció a estas familias como dueñas legítimas de sus predios.
Para el caso de La Boquilla, los hechos de violencia sucedieron en 1997, cuando fueron citados en la casa de El Balcón, en La Pola, al igual que las comunidades de municipios cercanos, donde más de 70 familias fueron obligadas a salir de sus tierras.
En ese momento fue el mismo Jorge 40 quien pidió la tierra a la comunidad, indicando que pagaría 100.000 pesos por hectárea, a las personas que tuvieran título de las mismas. Quienes no lo poseían, se les reconocería el valor de las mejoras hechas al predio. Sin embargo, no cumplieron.
El desplazamiento masivo generado en esta parte de Magdalena llevó a las más de 836 personas víctimas a dirigirse a los cascos urbanos de Chibolo, Santa Marta y Valledupar; y varias a Venezuela.
Tras la desmovilización de las AUC, en el año 2006, muchas de las familias decidieron hacer retornos laborales y, en el 2007, un importante número logró establecerse en sus predios.
Ante la sentencia de restitución, la URT inició un proceso de atención a las familias para dar inicio al proceso de formulación y posterior implementación de sus proyectos productivos.