Estudios como el de la Organización Internacional del Trabajo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y el Banco de la República; dejan mal parados a los gobernantes actuales de Santa Marta, quienes poco o nada han hecho para superar el umbral de pobreza de la ciudad.
Santa Marta no es de las más estables del país económicamente hablando, pero por lo menos ocho años atrás teníamos mejores ingresos monetarios que hoy.
Los problemas del agua, saneamiento básico, servicios de salud, empleo e informalidad son algunos de los principales aspectos negativos que nos azotan.
Estas dos últimas son las que más se sienten hoy en la ciudad. Al andar por las calles de Santa Marta, se puede sentir esa sensación de pobreza.
En la Capital de Magdalena, la miseria está claramente plasmada en el altísimo nivel de informalidad en lo productivo y de ‘trabajadores por cuenta propia’.