Colombia enfrenta un brote de fiebre amarilla que ha encendido las alarmas sanitarias. Con 74 contagios y 32 muertes, el país ha declarado una emergencia sanitaria y económica.
El Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, ha propuesto exigir el carnet de vacunación contra la fiebre amarilla para ingresar a zonas con brotes activos, incluidas Santa Marta y el Magdalena. Esta medida busca prevenir la propagación del virus, pero ha generado debate sobre su viabilidad y posibles repercusiones.
Santa Marta, conocida por sus playas y riqueza cultural, depende en gran medida del turismo. La exigencia del carnet podría disuadir a los visitantes, afectando la economía local. Además, la logística para verificar la vacunación de cada visitante plantea desafíos operativos.
La propuesta recuerda las restricciones implementadas durante la pandemia de COVID-19, donde se exigían certificados de vacunación para diversas actividades. Si bien estas medidas fueron efectivas en su momento, su aplicación generó controversia y resistencia en algunos sectores.
Mientras algunos expertos en salud pública apoyan la medida como una herramienta crucial para contener el brote, los defensores de derechos civiles advierten sobre posibles violaciones a la libertad de movimiento y discriminación. El equilibrio entre proteger la salud pública y respetar los derechos individuales es delicado y requiere un análisis cuidadoso.
¿Es la fiebre amarilla el nuevo COVID-19?
Aunque la fiebre amarilla es una enfermedad conocida y prevenible mediante vacunación, su reciente resurgimiento y la respuesta del Gobierno evocan recuerdos de la pandemia de COVID-19. La situación plantea preguntas sobre la preparación del sistema de salud y la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias.
La propuesta de exigir el carnet de vacunación para ingresar a Santa Marta y el Magdalena busca proteger la salud pública, pero también plantea desafíos logísticos, económicos y éticos. Es fundamental que las autoridades consideren todas las implicaciones y trabajen en conjunto con las comunidades locales para implementar medidas efectivas y justas.
Estadística en lo que va del 2025
Cabe resaltar que, hasta la fecha, no se han reportado casos confirmados ni muertes por fiebre amarilla en Santa Marta ni en el departamento del Magdalena durante el año 2025. Sin embargo, municipios como Aracataca, Ciénaga, Fundación y el distrito de Santa Marta han sido identificados como zonas de alto riesgo.
A nivel nacional, hasta el 10 de abril de 2025, se han confirmado 47 casos de fiebre amarilla en Colombia, con 20 muertes asociadas.
La enfermedad, transmitida por la picadura de mosquitos infectados, presenta una letalidad del 47%. Los síntomas incluyen fiebre, vómito, ictericia, dolor muscular y fatiga. Actualmente, no existe un tratamiento específico para la fiebre amarilla, por lo que se enfatiza en la prevención mediante la vacunación.
Las autoridades sanitarias recomiendan a la población vacunarse contra la fiebre amarilla al menos 10 días antes de viajar a zonas de riesgo. La vacunación es gratuita y está disponible en los centros de salud. Además, se ha ampliado la estrategia de vacunación para incluir a adultos mayores de 60 años en áreas de riesgo.
Sin embargo, existen contraindicaciones para personas con ciertas inmunodeficiencias, alergias al huevo, mujeres embarazadas o lactantes, y personas con enfermedades febriles agudas.
Es crucial que los residentes y visitantes de Santa Marta y el Magdalena tomen precauciones adecuadas, como la vacunación y el uso de repelentes, para prevenir la propagación de la fiebre amarilla en la región.
Aclaraciones importante sobre la #FiebreAmarilla.
— Zulma Cucunubá (@ZulmaCucunuba) April 16, 2025
Es cierto que en Colombia estamos frente a un brote nuevo (desde octubre 2024), y que hasta abril 2025 ha tenido más de 70 casos y más de 30 fallecimientos. Es el mayor brote en 20 años.
Pero aclararemos varias cosas 🧶 pic.twitter.com/cpwD0KV3bF
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