Home Portada Descubren en la Sierra Nevada a colibrí ala de sable que se creía extinto

Descubren en la Sierra Nevada a colibrí ala de sable que se creía extinto

por Álvaro Quintana Mendoza
Tras 14 años sin rastro, redescubren al colibrí ala de sable, una joya endémica que revive la urgencia por proteger la Sierra Nevada.

Tras 14 años sin rastro, redescubren al colibrí ala de sable, una joya endémica que revive la urgencia por proteger la Sierra Nevada.

En medio de un mundo donde las malas noticias ambientales abundan, el reciente redescubrimiento del colibrí ala de sable de Santa Marta trae un soplo de esperanza. Esta pequeña ave, conocida científicamente como Campylopterus phainopeplus, fue vista viva nuevamente en la Sierra Nevada de Santa Marta luego de más de una década de estar ausente en los registros científicos.

El hallazgo lo celebran conservacionistas, biólogos y habitantes de la región, que ven en este suceso una oportunidad para volver a mirar hacia la montaña con respeto, y no solo con intereses extractivos.

Se trata de una especie endémica de esta región, lo que significa que no existe en ningún otro lugar del mundo. Su plumaje verde metálico, sus alas largas en forma de sable y su agilidad en el vuelo lo convierten en una especie única y fascinante.

No solo es bello, también es un indicador clave del estado del ecosistema. Su presencia revela que aún quedan rincones con condiciones mínimas de conservación, pero también lanza una alerta sobre lo cerca que hemos estado de perderlo para siempre.

El colibrí fue incluido en la lista de especies críticamente amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Desde 2010 no se tenía evidencia de su existencia.

Algunos creían que se había extinguido. Ahora, este redescubrimiento, ocurrido gracias a una expedición de investigadores de la organización Selva: Investigación para la Conservación en el Neotrópico, reactiva el debate sobre la deuda que Colombia tiene con la biodiversidad que la hace mundialmente reconocida.

Colibrí ala de sable: Una joya al borde del abismo

La Sierra Nevada de Santa Marta es el hogar de más de 600 especies de aves, muchas de ellas endémicas. Sin embargo, la tala, la ganadería extensiva, los cultivos ilícitos y los incendios forestales la han llevado a un estado crítico. En este contexto, encontrar nuevamente al colibrí ala de sable es un hecho extraordinario, pero no debe confundirse con una victoria.

El redescubrimiento no garantiza la supervivencia de la especie, por el contrario, confirma que apenas queda tiempo para actuar, este colibrí necesita bosques bien conservados, flores silvestres para alimentarse y árboles nativos donde pueda resguardarse es una especie altamente sensible a los cambios ambientales. Incluso una pequeña alteración en su entorno puede alejarlo para siempre.

El hallazgo de este individuo vivo es solo el primer paso. Se desconoce cuántos más pueden quedar en libertad. Tampoco se sabe a ciencia cierta cuál es el estado actual de su población. Por eso, los científicos insisten en que es necesario iniciar estudios más rigurosos y sostenidos para evaluar su hábitat, identificar amenazas específicas y diseñar estrategias de protección.

Pero, esto no puede quedar solo en manos de la ciencia, pues las autoridades ambientales deben asumir su rol con mayor responsabilidad. La Sierra no puede seguir perdiendo cobertura vegetal mientras se celebran cumbres ambientales.

Tampoco se puede seguir improvisando con proyectos turísticos o viales que no incluyen evaluaciones de impacto ecológico. El regreso del colibrí ala de sable no debe convertirse en una anécdota, sino en un punto de no retorno para replantear el modelo de desarrollo en la región.

La conservación también necesita voluntad

La noticia del colibrí ala de sable llega en un momento clave. Santa Marta han comenzado a discutir su futuro económico en medio de crisis hídricas, conflictos por el uso del suelo y reclamos de las comunidades indígenas. Este redescubrimiento debería ser un argumento más para defender los ecosistemas de la Sierra Nevada con determinación.

Además, es una oportunidad para vincular a las comunidades locales en programas de conservación. Nadie conoce mejor la montaña que quienes han vivido en ella. Incentivar la ciencia comunitaria, el monitoreo participativo y los proyectos ecoturísticos responsables puede generar ingresos sostenibles y al mismo tiempo preservar este hábitat único.

El colibrí ala de sable es un símbolo de resistencia natural. Su reaparición no es un milagro, es el resultado de la persistencia de quienes aún creen que la conservación es posible. Pero también es un llamado urgente a no seguir ignorando lo evidente: si no protegemos la Sierra, no habrá más segundos milagros.

VER: café de la Sierra Nevada

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