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Bienvenidos a la Casa de los Políticos

Por Edgar Jafeth Hernández
la Casa de los Políticos

En un experimento nunca antes visto, hemos reunido a la fauna política del Magdalena en una sola casa, con cámaras 24/7 y un único objetivo: que el público decida quién es el Político del Siglo. Aquí no se gana por administrar bien, por tener ideas innovadoras o por servir a la gente. No. Aquí se gana con lo que realmente importa en la política: alianzas, traiciones, retórica vacía y la capacidad de lavarse las manos con la elegancia de un prestidigitador.

Desde la primera noche, la Casa de los Políticos fue una explosión de egos. Carlos Caicedo, con su aura mesiánica, tomó el control de inmediato. Mientras él hablaba de la persecución de los clanes y de cómo los de antes tienen la culpa de todo, Rafael Martínez asentía con fervor religioso, como si cada palabra de su líder fuera una revelación divina. Patricia Caicedo, en cambio, se limitó a observar, midiendo el momento justo para lanzarse al poder sin la sombra de su hermano.

El Nene Pérez, con su sonrisa de bacán y su don de palabra, se dedicó a socializar con todos, vendiendo pactos de conveniencia con una diplomacia que haría sonrojar a Kissinger. Franklin Lozano, con su eterna falta de carisma, intentó sumarse a los grupos de poder, pero su incapacidad de generar entusiasmo lo dejó flotando en el limbo político. Mallath Martínez, en cambio, se perdió en la multitud, como si ya estuviera acostumbrada a la irrelevancia.

Mientras tanto, Honorio Pinedo hizo lo que mejor sabe hacer: nada. Su estrategia era esperar que alguien más hiciera el trabajo por él, como ha hecho toda su carrera. Y el Mono Martínez… bueno, el Mono se dedicó a incendiar la casa, no literal, pero sí políticamente. Su primer acto fue reírse en la cara de Caicedo y llamarlo “el Bolívar de papel”. Desde ahí, todo fue caos.

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Las primeras pruebas fueron simples: debatir sobre quién era el político más perseguido, quién tenía la mejor excusa para no haber hecho nada en el poder y quién podía mantener una promesa de campaña por más de 24 horas sin contradecirse. Hubo un empate técnico en todas.

Pero lo mejor estaba por venir.

VER: Edgar Jafet Hernández Murcia

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