La administración de Carlos Pinedo Cuello presentó su balance de gestión con obras en marcha, mejora en indicadores educativos.
El primer año del gobierno de Carlos Pinedo Cuello en Santa Marta quedó expuesto ante la opinión pública en una rendición de cuentas que, a diferencia de anteriores gestiones, no giró en torno a planes futuros. En esta ocasión, la administración puso sobre la mesa cifras, avances palpables y decisiones ejecutadas, un ejercicio que responde más a la necesidad de evidenciar hechos que a llenar espacios con frases inspiradoras.
Uno de los ejes centrales de la rendición fue la infraestructura, un campo donde las inversiones en acueducto, alcantarillado sanitario y pluvial alcanzaron cifras importantes, superando los 66 mil millones de pesos. Estas intervenciones, que incluyen el colector de Bellavista, la Carrera Primera y la Ebar Norte, tienen como objetivo detener de manera definitiva los rebosamientos de aguas residuales en sectores críticos.
La ejecución de estas atiende a una deuda histórica con comunidades como Pescaíto, cuyos habitantes han exigido durante años respuestas concretas frente a esta problemática.
La administración, además, dio inicio a intervenciones clave como la vía de acceso al aeropuerto Simón Bolívar y la construcción del puente de Villa Leidy. Obras que, sin ser de gran titular mediático, son altamente valoradas por sus impactos concretos en la movilidad y en la calidad de vida de las comunidades.
Otro punto que marca un nuevo ritmo en el distrito es la estructuración del Plan Maestro de Acueducto. Esta iniciativa, con una inversión estimada de 40 mil millones de pesos, sienta las bases para una planificación urbana responsable y a largo plazo.
Educación con enfoque en herramientas y resultados
En materia educativa, la gestión en cobertura y calidad. Los resultados de las Pruebas Saber 11 reflejaron una mejora de cuatro puntos, producto de medidas como la entrega de 3.200 computadores portátiles y la implementación de simulacros para más de 9.000 estudiantes. Este avance no es menor si se tiene en cuenta que se trata de un indicador medible y trazable, que impacta directamente en las oportunidades futuras de los jóvenes.
La apuesta por una universidad pública para Santa Marta también representa un paso estructural. Aunque se trata de una etapa inicial, la iniciativa responde a una necesidad largamente postergada. El reto ahora será asegurar que no quede como una promesa anclada al primer año, sino que se convierta en un proyecto institucional consolidado con presupuesto, oferta académica y estructura física.
El Programa de Alimentación Escolar –PAE– logró beneficiar a más de 55.000 estudiantes, priorizando las instituciones más necesitadas, según datos compartidos. La focalización y el acompañamiento del Ministerio permitieron blindar el proceso de irregularidades que en otros contextos han generado controversias.
Promoción social y atención a la ruralidad
La dimensión social del gobierno mostró cifras igualmente contundentes. El enfoque en adultos mayores, habitantes de calle y comunidades étnicas permitió atender de forma integral a más de 98 mil personas a través de 14 proyectos. Las políticas públicas formuladas para ocho poblaciones específicas, entre ellas migrantes y comunidad LGBTIQ+, le dan un marco legal e institucional a los programas sociales.
En zonas rurales como Minca, Guachaca, Taganga y Bonda se brindaron más de 6 mil atenciones institucionales, algo que rompe con la tradición centralista del Distrito. El trabajo articulado con la Alta Consejería para la Sierra Nevada, además de mil atenciones dirigidas a pueblos indígenas, demuestra una intención de descentralizar el aparato estatal y responder con presencia en el territorio.
En paralelo, el desarrollo económico mostró dinamismo. La Agencia Pública de Empleo gestionó más de 1.800 vacantes en ferias de empleabilidad y se confirmó el ingreso de 169 millones de dólares en inversión productiva para sectores estratégicos. Aunque las cifras aún no se traducen en un cambio estructural del modelo económico, evidencian un avance en la articulación entre el gobierno y el aparato productivo.
Carlos Pinedo Cuello, Gobernabilidad enfocada en gestión territorial
Desde la Secretaría de Gobierno se logró restablecer los derechos de 25 Juntas de Acción Comunal y recuperar más de 31 mil metros cuadrados de espacio público. Este componente técnico y normativo es clave para fortalecer la participación comunitaria, especialmente en una ciudad donde los espacios comunes han sido tomados sin control por vendedores informales y estructuras ilegales.
El Programa de Obras Barriales permitió viabilizar 59 proyectos durante el 2024. Estas pequeñas obras, aunque no generan grandes titulares, tienen un impacto profundo en los barrios, especialmente en zonas donde la institucionalidad ha sido débil.
Por otra parte, la atención animal se convirtió en un eje de bienestar que pocos gobiernos habían priorizado. La esterilización de 8 mil animales, la atención veterinaria y la entrega de más de 15 mil kilos de alimento, sumado a una inversión de $2.100 millones en el Centro de Bienestar Animal, le otorgan una nueva dimensión al concepto de salud pública.
Carlos Pinedo Cuello finalizó su primer año con una gestión que ha priorizado la lógica administrativa, el enfoque técnico y el trabajo territorial, consolidando un modelo de gobierno basado en la ejecución. El verdadero reto será mantener ese ritmo en el tiempo y no permitir que el impulso inicial se diluya en medio de la rutina institucional. A diferencia de administraciones anteriores, marcadas por discursos llamativos pero con pocos resultados, el actual mandatario ha apostado por un enfoque más pragmático, donde las acciones hablan por sí solas.
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