Demoras y exclusión de representación afro e indígena empañan organización de los 500 años de Santa Marta.
Santa Marta, una de las ciudades más antiguas de América Latina, está a solo nueve meses de celebrar su Quinto Centenario en 2025. A pesar de la magnitud de este evento, la organización se ha visto marcada por retrasos, controversias y la falta de inclusión de actores clave, como las comunidades afrodescendientes e indígenas. La Comisión Preparatoria, encargada de coordinar los festejos, sigue sin estar plenamente conformada, lo que ha generado preocupación entre diferentes sectores.
La Ley que dio inicio al proceso
El 21 de octubre de 2020, con la aprobación de la Ley 2058, la Nación se comprometió a asociarse con la ciudad para celebrar los 500 años de Santa Marta. Esta ley, impulsada por el representante a la Cámara José Luis Pinedo Campo, estipulaba la destinación de recursos del Gobierno Nacional para financiar proyectos culturales, sociales, agroindustriales y de infraestructura, en línea con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo.
La ley, sin embargo, no ha cumplido con las expectativas de quienes veían en esta celebración una oportunidad para visibilizar y fortalecer las comunidades históricas de la región. Desde su sanción, la conformación de la Comisión Preparatoria ha sufrido múltiples tropiezos, y el retraso en las decisiones clave ha puesto en duda la capacidad de organizar un evento que refleje la diversidad y riqueza cultural de la ciudad.
Tres reuniones en casi cuatro años
Una de las principales críticas hacia la organización del evento es la escasa cantidad de reuniones llevadas a cabo por la Comisión Preparatoria. En casi cuatro años, solo se han realizado tres sesiones formales.
La primera de estas reuniones tuvo lugar el 20 de enero de 2021, en formato virtual. Sin embargo, según declaraciones de los implicados, la sesión se organizó sin la coordinación directa del Ministerio de Cultura, lo que generó incertidumbre desde el principio. En esta ocasión, no se lograron avances significativos en la definición de un plan de trabajo.
El 24 de mayo de 2021, se convocó a una segunda reunión, que terminó siendo fallida debido a problemas relacionados con la elección de representantes de la Cámara de Comercio y la Universidad del Magdalena, dos instituciones que, inexplicablemente, quedaron excluidas del proceso.
Casi un año después, el 7 de abril de 2022, se celebró la tercera sesión. En esta ocasión, la Comisión Preparatoria aprobó el Plan Maestro del Quinto Centenario, un documento que delineaba las directrices para la celebración. A pesar de este avance, la falta de un Comité Técnico Nacional para priorizar las obras necesarias sigue siendo un obstáculo para la ejecución de proyectos clave.
Exclusión y controversia de representantes
Uno de los aspectos más polémicos de este proceso ha sido la exclusión de las comunidades afrodescendientes e indígenas en la conformación de la Comisión Preparatoria. A pesar de que la Ley 2058 y los acuerdos posteriores establecen la necesidad de incluir a estas comunidades, las elecciones para elegir a sus representantes han estado marcadas por irregularidades y demoras.
El 15 de octubre de 2024, el secretario de Cultura, Darío José Linero Mejía, en representación de la Alcaldía, expresó su preocupación por la situación. Según Linero, se convocó una reunión para elegir al representante de las comunidades afrodescendientes, pero siete organizaciones afro no fueron invitadas al proceso, lo que generó una fuerte reacción por parte de estos colectivos.
Linero también denunció que, en mayo de 2024, Carlos Maiguel Sarmiento había sido elegido como representante afro en la Comisión Preparatoria, pero, sin ninguna explicación oficial, se convocó nuevamente a elecciones, lo que dejó en el aire la validez de la elección anterior. El Ministerio de Cultura justificó la decisión argumentando que se había emitido un acto administrativo que anulaba la elección de Maiguel, pero hasta la fecha, las razones no han sido aclaradas públicamente.
En respuesta, las comunidades afrodescendientes han interpuesto una demanda exigiendo mayor participación en el proceso y señalando que han sido marginadas en la toma de decisiones. En este contexto, la Corte Constitucional de Colombia falló a favor de las comunidades afrodescendientes, ordenando su inclusión en la Comisión y reconociendo su derecho a ser parte de los preparativos del Quinto Centenario.
Comunidades indígenas exigen su lugar
El escenario no es diferente para las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Según lo informado por Darío José Linero Mejía, se programó para el 18 de octubre de 2024 la elección del representante indígena, pero la persona encargada del proceso en la Alcaldía, Sarita de Lourdes Vives Gutiérrez, reportó que ninguna de las 24 organizaciones indígenas de la Sierra Nevada había sido debidamente notificada sobre el proceso de selección. Esto ha generado malestar entre los líderes indígenas, quienes han exigido transparencia y respeto en la elección de sus representantes.
La exclusión de estas comunidades ha puesto en duda la legitimidad del proceso, y las organizaciones indígenas han manifestado su intención de impugnar cualquier decisión que se tome sin su consentimiento. Según fuentes cercanas a las comunidades, la falta de comunicación y de consultas previas representa un atropello a sus derechos y una ignorancia de la importancia cultural e histórica que estas comunidades tienen para la región.
Elecciones postergadas y futuro incierto
El panorama a nueve meses de la celebración del Quinto Centenario es incierto. El 29 de octubre de 2024 se ha programado una nueva elección para escoger al representante de las comunidades afrodescendientes, pero las tensiones entre el Ministerio de Cultura y los colectivos afro aún persisten. El hecho de que estas elecciones se hayan tenido que repetir sin justificación clara ha generado desconfianza y preocupación en las comunidades afectadas.
A medida que se acerca la fecha de la celebración, la falta de un plan de trabajo concreto y de una Comisión Preparatoria plenamente conformada pone en peligro la organización de eventos y proyectos cruciales para la conmemoración. Las tensiones entre las comunidades y el Gobierno han escalado al punto de que algunos líderes han sugerido que, de no resolverse los conflictos de manera pronta y adecuada, la celebración podría perder el carácter inclusivo y cultural que se esperaba.
Evento que trasciende lo conmemorativo
Con la celebración de los 500 años de Santa Marta en el horizonte, lo que está en juego no es solo la organización de un evento, sino la posibilidad de construir un espacio donde la historia, cultura y diversidad de la ciudad sean protagonistas. Las comunidades afrodescendientes e indígenas han sido, y siguen siendo, una parte fundamental del tejido social y cultural de la región, y su exclusión en los preparativos de este evento sería una oportunidad perdida para hacer justicia histórica.
Lo que se espera en los próximos meses es que el Gobierno Nacional, los gestores culturales, los académicos y las comunidades encuentren una solución equitativa que permita celebrar el Quinto Centenario de Santa Marta de manera inclusiva, reconociendo a todos los actores que han forjado la historia de la ciudad.
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