Contralores de toda Colombia, están en Santa Marta para afinar estrategias en la vigilancia de los recursos públicos en plena pandemia.
El cónclave de la Contraloría General de la Nación, se da cita en Santa Marta en el marco del Tercer Congreso Nacional de Contralores. Y con anfitrión de lujo.
El contralor del departamento de Magdalena, Carlos Cabas Rodgers, es también miembro de la junta directiva del Consejo Nacional de Contralores de Colombia.
El contralor departamental, Carlos Cabas es uno de los anfitriones del encuentro.
Junto con los pesos pesados del control fiscal, reunidos en Santa Marta, se revisan de cerca las estrategias para optimizar la labor de las Contralorías.
En el marco de una pandemia donde se necesitan recursos para todo, la vigilancia del erario pública nunca debió ser más disciplinado, consistente y efectivo.
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CRIMEN Y CASTIGO
Uno de los temas centrales, es la de mejorar la actuación de la Contraloría, en el proceso sancionatorio en contra de quienes abusen de los recursos públicos.
La impunidad que rodea estos casos, permite que funcionarios públicos involucrados en hechos de corrupción, no tengan ningún tipo de sanción por ello.
Contralores departamentales y distritales se dieron cita para optimizar el control fiscal.
La Auditoría General de la República, señaló a su vez la importancia de que a nivel interno, cada Contraloría revise sus procesos para mejorar su gestión.
Por eso la capacitación es más que necesaria, y en este Consejo, con papel en mano se revisa la Carta Política para motivar un control fiscal con responsabilidad.
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CONTRALORÍAS Y CALAMIDAD PÚBLICA
En el Congreso de Contralores, se inspecciona también la Nueva Guía de Auditorías Territoriales y cómo hacer control a las entidades de servicios públicos.
Asimismo, se debate sobre el papel de estos entes de control en la calamidad pública y el manejo de los pagos a los subsidios de agua potable en los territorios.
Los contralores nacionales revisaron con lupa la Nueva Guía de Auditorías Territoriales.
Temáticas que resultan de suma importancia en una ciudad donde la prestación de los servicios públicos domiciliarios, es deficiente desde hace décadas.
Además, de tener entre sus calles, el vivo ejemplo de elefantes blancos que son una oda a la corrupción y a la inoperancia de los entes para sancionar a los culpables.
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