La principal razón de la critica a los curadores urbanos consiste en la creencia errada, que estos deben controlar y vigilar las construcciones que autorizan. Tal labor que se conoce como ‘control urbano’ y es responsabilidad de alcaldes, secretarías de planeación e inspectores de policía.
A partir del lamentable acontecimiento del edificio Space en Medellín hemos sido testigos de un sistemático proceso de linchamiento contra los curadores urbanos.
La ‘lapidación’ ha sido mediática e institucional contra quienes dan fe de que un proyecto cumple con la norma y la función pública que ejercen por mandato de ley.
Sin mayor criterio técnico y sobre todo jurídico, todos se han despachado contra los curadores urbanos como únicos responsables de hechos como el del Space.
Prensa ávida de titulares amarillistas, funcionarios y entidades urgidos en resultados, sociedad civil generalmente confundida y academia sin rigor; han agredido.