En Curinca hay una sala de videojuegos muy especial y con ‘pinta’ de guardería

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Los papás llevan a los niños, les pagan las horas de juego y los dejan  a cargo de Samir Yasir Palacio Fonseca; un joven que a pesar de tener una discapacidad física los recrea, les enseña y los ayuda a ser mejores personas.

Antes la calle era el lugar del barrio donde se jugaba, se aprendía y se hacían amigos; hoy esto sucede al interior de una casa en el barrio Curinca (suroriente de Santa Marta).

Aunque parece una sala rústica de juegos, este espacio ha convertido en una especie de guardería muy especial.

Samir Yasir Palacio Fonseca un joven que a pesar de ser discapacitado no ha tenido dificultades para ser ‘papá sustituto’ por varias horas al día.

Catorce niños en promedio visitan el lugar a diario, algunos padres van con ellos, los dejan y luego regresan para recibir el reporte de su comportamiento.

La fortaleza de Samir está en sus ganas de salir adelante.

FUERZA Y CORAJE

Samir nació con un defecto físico: tiene el pie izquierdo torcido o fuera de su posición.  Se trata de una discapacidad leve que a veces le da problemas para desplazarse.

Su mamá, Digna Fonseca sostiene que la afectación de Samir se debe a la posición que tuvo dentro de su vientre durante el embarazo. Además ella permanecía mucho tiempo sentada.

Samir nunca se ha rendido, ni siquiera cuando se cayó de la bicicleta que lo llevaba a todas partes o las veces que sus amigos se burlaron de él porque vendía helados.

Después de probar como comercializador de minutos de celular, vendedor de fritos y de ser asistente en un taller de mecánica y otro de soldadura; encontró en los videojuegos la forma de ganarse la vida y ayudar a su comunidad.

La media hora en el Xbox o el Play 4 tiene un costo de mil pesos, la hora mil quinientos y si pone quinientos más compra una merienda.

EMPRENDEDOR RECURSIVO

Para pagar sus estudios de bachillerato y ayudar con los gastos domésticos trabajó medio tiempo cuidando una sala de videojuegos. También intentó ser productivo en otros trabajos, pero la experiencia no salió tan bien.

Un día casi que de casualidad, un aviso le llamó la atención:  ‘Se necesita administrador’. No sabía que estaba cambiando su vida. Aplicó y quedó. En ese lugar trabajó cuatro años pero también se divirtió.

Por razones que no entiende fue despedido pero descubrió los secretos del negocio de los videojuegos. Como parte de su liquidación le dieron tres televisores y dos consolas. ¡Ya sabía lo que tenía que hacer!.

Vendió su liquidación, adecuó la sala de su casa y con un préstamo completó la financiación para organizar su propia sala de de entretenimiento digital.

Cada detalle se ha logrado con esfuerzo, prestamos y trabajo.

EL INGENIO

Hace veintiún años Samir vive en Curinca. Ante la comunidad de este barrio ha demostrado su fuerza y don de gente. Por eso los vecinos confían en él.

Después de trabajar duro, gestionar prestamos y buscar los precios más bajos; adquirió cuatro consolas de Xbox de última generación, tres televisores usados y uno nuevo pantalla led.

El infortunio lo perseguía como si fuera su sombra. El televisor se dañó al día siguiente. ¡Samir lo destrozó!. Dada su dificultad para caminar tropezó con él y lo rompió contra el suelo. Con ingenio convenció a un vecino para que le vendiera por $100.000 pesos uno de segunda.

Entre ‘chiste y chanza’, los vecinos dicen que Samir se parece a Simón Bolívar; no por lo heroico sino porque también es ‘el hombre de las dificultades’. Un ejemplo de lo anterior es que su negocio carece de aire acondicionado, el ventilador funciona regular y hay que turnarse las sillas.

UN HOMBRE EJEMPLAR

Samir Yasir Palacio Fonseca es inquieto por eso siempre quiere aportarle a su comunidad, trabaja por ellos y logra su cariño y respeto entreteniendo a los niños y jóvenes que cada día le confían para que los cuide, les enseñe valores y los anime a trabajar en equipo.

Siempre tiene una palabra cariñosa para los más pequeñitos, evita que los más grandecitos peleen cuando están jugando y les muestra lo que es la solidaridad cuando comparten dulces, pasabocas y mecatos.

No deja de luchar por estudiar. Le falta aprobar un par de materias para terminar el ciclo técnico que lo graduaría como diseñador gráfico. Quiere que los chicos aprendan la importancia de formarse, por eso él es ejemplo.

A pesar de tener reducida su movilidad, como si fuera poco Samir es deportista. Es integrante de la selección masculina de voleibol sentado de Magdalena; pero esta es una parte de su historia de vida que la contaremos otro día.