Con instinto, trayectoria y conexiones reales, Joaquín Jotica Vives podría ser el punto de quiebre frente a la hegemonía del caicedismo.
Aunque desde hace años no ocupa un cargo de elección popular, Joaquín José ‘Jotica’ Vives Pérez, sigue siendo una figura gravitante en el ajedrez político del Magdalena. Su nombre, lejos de evaporarse con el paso del tiempo, ha ganado fuerza en los círculos de poder y entre los sectores sociales y económicos que hoy se sienten huérfanos de representación.
La coyuntura actual del departamento —una eminente elección atípica, tras los cuestionamientos a la gobernación de Rafael Martínez— pone en el radar a líderes que no solo tengan trayectoria, sino la capacidad de dialogar con todos los actores del territorio sin ataduras ideológicas.
Vives reúne condiciones para encarar este nuevo capítulo. Excongresista, exmagistrado del Consejo Nacional Electoral, conocedor profundo del derecho y la institucionalidad, ha sabido caminar con solvencia por el mundo público y privado, precisamente esa capacidad para transitar entre sectores es lo que lo convierte en un actor idóneo para canalizar el desencanto de una ciudadanía que se siente dividida y, por mucho, sin rumbo.
En este momento, lo que parece necesitar el Magdalena no es un mesías ni un improvisado, sino un articulador, un hombre que sepa conciliar fuerzas, reconectar la Gobernación con sus municipios y tender puentes entre los intereses del campo, la ciudad, los gremios y la gente común. ‘Jotica’ Vives, podría representar, en esencia, esa figura.
¿‘Jotica’ Vives el candidato de los huérfanos políticos?
Las derrotas políticas de Fuerza Ciudadana en municipios clave como Ciénaga, El Banco, Fundación y Plato, donde el caicedismo ha perdido terreno, han dejado una franja enorme de electores que no se sienten representados por el discurso de confrontación que ha caracterizado al grupo de Carlos Caicedo, pero no solo son esos votantes quienes podrían encontrar en ‘Jotica’ Vives un referente, también hay miles de ciudadanos que nunca fueron parte de ese proyecto y que simplemente han estado a la espera de una alternativa seria, confiable y sin rencores ideológicos.
Aquí es donde Vives podría capitalizar su historia política, tejida desde la experiencia legislativa hasta la alta función pública. Su paso por el Congreso lo dotó de relaciones con partidos y figuras nacionales, su rol en el Consejo Electoral le dejó conocimiento técnico sobre la arquitectura del poder, y su experiencia local, como concejal y diputado, lo hizo conocer la entraña del territorio.
Este perfil lo pone en una posición privilegiada frente a las fuerzas que buscan una salida distinta a la imposición del “que diga Caicedo”. En un escenario en el que el oficialismo decida impulsar a un heredero sin identidad propia, ‘Jotica’ puede pararse desde la diferencia.
¿Puede ganarle al candidato de Caicedo?
El interrogante inevitable en cualquier análisis político del Magdalena es si alguien puede derrotar al candidato que elija Carlos Caicedo. La experiencia reciente demuestra que sí. Lo que pasó en Santa Marta con Carlos Pinedo, en Fundación, en El Banco, y en Aracataca, deja claro que el discurso del cambio eterno ya no emociona como antes, las fisuras en Fuerza Ciudadana son visibles y la maquinaria, aunque aún poderosa, no es intocable.
Además, su discurso no tendría por qué ser anticaicedista, sino postcaicedista. Es decir, más que dedicarse a atacar al pasado reciente, puede ofrecer una visión renovadora sin miedo, sin rabia, sin ideología rígida. Hablar de productividad, educación, seguridad y ordenamiento territorial con un tono constructivo le daría ventaja en un debate electoral que seguramente estará lleno de polarización y ataques personales.
A diferencia de otros precandidatos que solo tienen fuerza en una zona o que dependen de un cacique, ‘Jotica’ tiene lo que se necesita para ser el candidato del Magdalena entero, es quizás su mayor fortaleza. Si logra armar una coalición donde quepan los desplazados del poder, los escépticos del presente y los nostálgicos del buen gobierno, la contienda puede convertirse en una verdadera competencia y no en una coronación anunciada.
El tiempo y los aliados: factores decisivos
El reloj político ya está corriendo. La posibilidad de elecciones atípicas obliga a actuar rápido, pero sin improvisación. Aquí es donde la figura de Vives puede beneficiarse de algo que no todos tienen: contactos activados en todos los niveles, su nombre no requiere presentación en Bogotá.
Tiene amigos en los ministerios, en los partidos, en los medios, y eso importa cuando se trata de conseguir avales, financiación y respaldo técnico, pero más importante aún, tiene respeto entre los caciques del Magdalena, incluso entre los que han estado en orillas distintas, y si hay algo que define una elección en este territorio es la capacidad de sumar liderazgos dispersos.
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