La gobernadora Rosa Cotes de Zúñiga respaldó la ‘rebelión’ iniciada por los mandatarios regionales, con la devolución al Gobierno Nacional del manejo de la alimentación escolar si el programa no se ajusta estructuralmente.
A través de la gobernadora Rosa Cotes de Zúñiga, Magdalena se sumó al alzamiento originado por los departamentos colombianos en contra de Bogotá.
El ‘florero de Llorente’ fue el desdén con el que la Capital ha manejado la solicitud de reestructuración del Programa de Alimentación Escolar -PAE-.
Agrupados en la Federación Nacional de Departamentos -FND-; los mandatarios exigieron la intervención urgente de la Ministra de Educación.
Ante las evidentes fallas, los gobernantes le dieron plazo de una semana al Gobierno Nacional para modificar financiación, alcance y calidad del PAE.
ORIGEN DEL PAE
La seguridad alimentaria es una meta asociada al segundo Objetivo de Desarrollo del Milenio acordado por los 189 países de Naciones Unidas.
Su propósito es que a través del suministro de la nutrición esencial a los estudiantes, no se comprometa su capacidad de aprendizaje integral.
Naciones Unidas delegó a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO-; la ejecución de este componente.
En abstracto, la idea es que se debe abordar la seguridad alimentaria y la educación de manera conjunta para superar pobreza, hambre y analfabetismo.
EL PAE EN COLOMBIA
En nuestro país aparece cuando el Presidente Alfonso López Pumarejo asignó, con carácter permanente, recursos para los restaurantes escolares.
A comienzo de los años 40, bajo la responsabilidad del Ministerio de Educación Nacional, se inició la atención nutricional a los escolares en el sector público.
En el 2011 los objetivos del Programa se vinculan al sistema educativo y cuatro años después se transfiere la operación a las gobernaciones y las alcaldías.
Los gobernantes llevan dos años señalando a la entonces Ministra de Educación Nacional, Gina María Parody d’Echeona; como la artífice del ‘desmadre’.
EL PAE EN MAGDALENA
El Programa de Alimentación Escolar llegó a Magdalena en 2016. La Gobernación y las alcaldías de Santa Marta y Ciénaga, son los principales operadores.
La Administración del Departamento, la del Distrito samario y la del Municipio cienaguero; han optado por financiarlo esencialmente, con recursos de regalías.
Eventualmente, alguno de los restantes 28 municipios, se ha separado de la ‘bolsa común’ propuesta por el Gobierno de Magdalena para costearlo.
Al último corte de los entes territoriales certificados, los escolares beneficiarios están así: Magdalena 125.916; Santa Marta 33.047 y Ciénaga 23.112.
EL ESTIGMA PAE
Desde cuando la manejó Bogotá hasta ser transferida a departamentos y municipios, la contratación de la alimentación escolar ha estado desacreditada.
Además de la corrupción, el PAE tiene dificultades logísticas porque en los colegios no hay cocinas y restaurantes escolares debidamente adecuados.
Como si fuera poco, el contratista que opera el programa está a merced del capricho de rectores, coordinadores y veedurías de padres de familia.
La situación es compleja; requiere una reforma estructural. Esa la apremiaron los gobernadores. El presidente Santos o su sucesor tienen la última palabra.