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Santa Marta protege a sus jóvenes del reclutamiento forzado con educación, cultura y deporte

por Álvaro Quintana Mendoza
La ciudad avanza en la prevención del reclutamiento forzado con educación, cultura y deporte para 847 adolescentes.

La ciudad avanza en la prevención del reclutamiento forzado con educación, cultura y deporte para 847 adolescentes.

Santa Marta sigue apostándole con firmeza a la paz. Bajo el liderazgo del alcalde Carlos Pinedo Cuello, la ciudad fortalece el programa ‘Santa Marta Abraza la Paz’, una estrategia que busca frenar el reclutamiento forzado de jóvenes en sectores vulnerables, a través de una intervención integral que prioriza la educación, el acceso a bienes culturales y la actividad deportiva.

El programa, liderado por la Alta Consejería para la Paz del Distrito, suma ahora 310 nuevos beneficiarios, quienes recibieron tarjetas con beneficios para útiles escolares, becas universitarias en la Institución Universitaria de Santa Marta – USM, y participación en la amplia oferta cultural y deportiva de la ciudad.

Con esta nueva cohorte, ya son 847 los adolescentes y jóvenes que forman parte activa de esta estrategia, una cifra que marca un avance significativo en la prevención del reclutamiento forzado y la consolidación de entornos protectores en Santa Marta.

No al reclutamiento reforzado

El enfoque del programa responde a una realidad innegable: la vulnerabilidad social es caldo de cultivo para las bandas criminales que buscan reclutar menores. Por eso, la ciudad decidió pasar del discurso a la acción. Y lo está haciendo con una estrategia que no solo interviene los síntomas, sino que ataca las raíces del problema.

La alta consejera para la Paz, Jennifer Del Toro, explicó que esta estrategia surge en medio de un contexto de diálogo sociojurídico de paz en la Sierra Nevada de Santa Marta. “Buscamos que Santa Marta sea reconocida como un entorno cuidador, donde los jóvenes tengan alternativas reales y se alejen de las dinámicas delictivas”, señaló.

Esa meta se está construyendo desde varios frentes: permanencia en el sistema educativo, eliminación de la violencia intrafamiliar, garantía de entornos escolares seguros y el acceso efectivo a derechos esenciales. Todo esto orientado a reducir las condiciones que permiten el reclutamiento forzado de jóvenes.

En esta jornada, participaron adolescentes de barrios priorizados como Murallas del Pando, El Pando, María Eugenia, Once de Noviembre, Bastidas, Gaira, Cristo Rey, Ondas del Caribe y El Pantano. Sectores históricamente afectados por la falta de oportunidades y la presencia de actores violentos.

Durante el evento, la coordinadora de la I.E.D Rodrigo de Bastidas, Melissa Quiroz, recalcó el valor de este tipo de apuestas sociales. “La paz siempre será el camino. Esta es la forma de buscar mejores alternativas para nuestros jóvenes y para la sociedad”, expresó.

A la actividad también asistieron la directora territorial del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), María del Rosario Blanco, y la rectora de la USM, Joceline Azar, quienes subrayaron la importancia de articular esfuerzos institucionales en pro de la prevención del reclutamiento forzado en Santa Marta.

Ambas voceras coincidieron en que la educación y el acompañamiento son clave para que adolescentes en riesgo vean otro camino posible. La presencia del ICBF refuerza el enfoque integral de esta estrategia, que va desde la protección infantil hasta la garantía de derechos en la juventud.

El programa ‘Santa Marta Abraza la Paz’ no es una promesa vacía. Es una intervención con resultados medibles y con impacto real en los territorios donde el reclutamiento forzado de jóvenes es una amenaza constante. La presencia del Estado a través de la educación, el deporte y la cultura ha permitido que muchos adolescentes tengan hoy una alternativa distinta al delito.

Desde la Alcaldía Distrital de Santa Marta insisten en que este no es un esfuerzo aislado, sino una política sostenida para transformar la ciudad en un lugar más justo y seguro para las nuevas generaciones.

Las cifras respaldan el avance

 847 jóvenes vinculados al programa, la mayoría de ellos provenientes de barrios populares. Una señal clara de que Santa Marta está consolidando un modelo de intervención preventiva que podría replicarse en otros territorios con problemáticas similares.

No se trata solo de entregar beneficios. El verdadero cambio viene de garantizar condiciones para que los jóvenes puedan sostener sus procesos educativos, desarrollarse en entornos sanos y tener acceso a experiencias significativas que fortalezcan su proyecto de vida.

Esta es una apuesta ambiciosa, pero necesaria. En una ciudad con antecedentes de violencia y reclutamiento, proteger a los jóvenes es una obligación ética y política. Santa Marta está demostrando que cuando hay voluntad, sí se pueden crear estrategias de paz reales y sostenibles.

Con iniciativas como esta, el Distrito reafirma que la prevención del reclutamiento forzado de jóvenes no puede dejarse en manos de la suerte ni de la reacción tardía. La prevención empieza por ofrecer oportunidades. Y en Santa Marta, esas oportunidades ya están cambiando vidas.

VER: Fondo de Inversión para la Paz

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