Un toro, el mar y un martillo: así será el primer remate ganadero en la historia frente al Caribe, en plena Santa Marta de los 500.
Un toro en la playa, un martillo de subasta sonando con fondo de olas y ganaderos vestidos de gala en la Marina. No, no es una película surrealista ni una serie sacada de Netflix sobre el agro colombiano, es realidad pura y dura, y va a pasar este 17 de julio en Santa Marta, donde comenzó todo hace 500 años.
La Federación Colombiana de Ganaderos –FEDEGÁN, decidió regresar a la ciudad origen, esa misma que vio desembarcar los primeros bovinos al continente, para celebrar el medio milenio de historia con un evento jamás visto: el primer remate ganadero del mundo frente al mar, será una subasta de genética bovina de alto rendimiento con aroma a playa y viento del Caribe.
El evento se llama Omega:El Origen e Invitados y será el cierre con broche de oro de la XIX Gira Técnica Nacional Ganadera, y más que una feria es un espectáculo con memoria. Habrá remate, sí, pero también cena de lujo con sabores del campo, vallenato de fondo, cocteles frente al agua y una ceremonia de condecoración a quienes han hecho historia en el sector.
Más de 300 ganaderos de todo el país ya confirmaron su asistencia. Algunos vendrán desde regiones donde el campo es otra cosa: frío, montaña, sabana y llegarán a Santa Marta no solo a comprar toros o hacer contactos, sino a vivir algo que no se ha hecho nunca. Lo irrepetible también es valor de marca.
El remate iniciará con un valor simbólico: cero pesos. Cualquiera podrá pujar desde allí, pero los ejemplares no son poca cosa. La genética es de primer nivel. Lidera la Hacienda Omega, cuna de toros con pedigree, rendimiento probado y trazabilidad total. ¿Qué los hace especiales? Que caminarán sobre pasarelas con vista a la bahía, en el mismo mar donde llegaron sus ancestros hace 500 años.
Porque aquí no se trata solo de vender ganado. Se trata de escenificar una historia. Cada puja será también un acto de memoria y cada martillazo resonará no solo en el aire, sino en la línea del tiempo de la ganadería nacional.
Lo que llama la atención del remate ganadero
No hay otro lugar en el planeta donde se haya hecho un remate ganadero con el mar como telón. Es una escena que parece inventada: genética animal, palmeras y cocteles; ganaderos hablando de peso al destete mientras suena un acordeón. Es ahí donde radica su genialidad. Lo que desconcierta, queda. Lo que rompe moldes, se recuerda.
José Félix Lafourie, presidente de FEDEGÁN, lo dijo claro: “Este no es solo un remate, es un acto de identidad y de futuro”. Lo cierto es que también es una estrategia brillante: visibilizar una ganadería sostenible, tecnificada y con rostro humano, sin perder la conexión con sus raíces más hondas.
Santa Marta: el origen vuelve a hablar
La capital del Magdalena fue punto de entrada del ganado a América del Sur en el siglo XVI. Y ahora, cinco siglos después, vuelve a ser portada. No solo de historia, también de innovación. Porque lo que allí ocurrirá no se repetirá fácilmente. No todos los días un hato elite desfila junto al muelle. No todos los días se mezcla arena con subasta.
Antes del evento central, los asistentes recorrerán fincas del Cesar y el Magdalena, en una gira técnica diseñada para mostrar el músculo productivo de la región. Pero el clímax será la noche del 17, cuando la genética salga a escena y la memoria se haga carne —literalmente— frente al mar.
En un país que aún intenta conectar lo urbano con lo rural, este tipo de gestos cuentan. Porque muestran que el campo también se reinventa, que sabe contar historias, que puede ser sofisticado sin dejar de ser auténtico. Y que en Santa Marta, los 500 años no se celebran con estatuas, sino con toros de lidia genética, martillo en mano y caribe al fondo.