El informe del Banco Mundial y el Departamento Nacional de Planeación acerca del indicador ‘Doing Business’ en Colombia para el 2017 nos debe hacer sonar las alarmas en virtud de que la Capital de Magdalena fue la que más empeoró al caer 12 puestos en dicho ranking.
La profunda crisis económica que suscita Santa Marta tiene que terminar lo más pronto posible. Pareciera que ya tocamos fondo. ¡No aguantamos más!.
El dato es decepcionante pero nuestros profesionales y emprendedores siguen optando por migrar a otras capitales del país e incluso del mundo.
En Santa Marta no se ha propiciado un espacio para el emprendimiento.
La nueva generación de samarios, que le apuesta a una calidad de vida sostenible y buena; y que no se conforman con empleos mal pagos, quieren ir mas allá.
Todos ellos se han cansado de no encontrar en la Ciudad las oportunidades para destacarse, lo que los obliga a migrar en búsqueda de nuevos horizontes.
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ALERTA ROJA
Un informe del Banco Mundial y el Departamento Nacional de Planeación acerca del indicador ‘Doing Business’ en Colombia para el 2017, es muy diciente.
El importante estudio multilateral reveló que desde 2013 a la fecha, 30 de las 32 capitales de Colombia mejoraron su ambiente para hacer negocios.
El Banco Mundial y el Departamento Nacional de Planeación rajan a Santa Marta.
En el informe, Santa Marta fue una de las dos únicas ciudades que empeoraron su competitividad empresarial por debajo de Ibagué. Ocupamos el puesto 18 de 32.
Cabe recordar que en el 2012 nos ubicamos de sextos, en esta medición de regulaciones gubernamentales para la actividad empresarial y la competitividad.
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¿CUÁL POLÍTICA?
Queda al descubierto la necesidad de una política local de desarrollo económico que impulse las expectativas de los samarios, potencie sus capacidades e ideas.
La única manera de ver esta realidad es conectando la educación, el gobierno y las empresas; solo así podríamos logar instruir nuestro capital humano.
No hay una política local de desarrollo económico que estimule a los samarios.
Con este trascendental paso lograríamos incentivar el desarrollo de nuevas empresas, mediante una gran inversión en educación de emprendimiento.
Esto no es nuevo, ocurrió en Corea del Sur donde se identificó el potencial de la gente capacitándola para fomentar el desarrollo de ideas y negocios innovadores.
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‘QUILLA’ Y BUENOS AIRES
El ejemplo más cercano es Buenos Aires, que en 2015 fue reconocida como la ciudad más competitiva en la creación de empresas exitosas en Latinoamérica.
Ellos implantaron un programa denominado ‘Buenos Aires Emprende’ -BAEP- que desde una institución educa en todos los ámbitos a emprendedores de la ciudad.
‘Buenos Aires Emprende’ es un caso exitoso de política de desarrollo económico.
Además le hace seguimiento a las propuestas y logra hacer tangible su idea de negocio, además financia las mejores propuestas, de ahí salió la reconocida OLX.
Y sin irnos muy lejos, el mejor ejemplo de desarrollo económico lo tenemos en Barranquilla, quienes en la medición ‘Doing Business’ subieron ocho posiciones.
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¿PARA DÓNDE VAMOS?
En ‘Curramba’ crearon la ‘Unidad de Apoyo al Empresario’ -UAE- que también es una estrategia para la generación de más y mejores oportunidades de negocios.
Una política de emprendimiento e innovación de este tipo, le permitiría a Santa Marta saber si su perfil es portuario, turístico o carbonífero; o cualquier otra cosa.
La Unidad de Apoyo al Empresario ha transformado la economía de Barranquila.
Lo cierto es que ninguno de esos sectores ha sido explotado de la manera correcta como para darle una tendencia exacta a la economía de la ciudad.
De esta manera encontraremos nuestra nueva y verdadera vocación económica con nuestros profesionales que están ávidos de ampliar sus habilidades.
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LA SOLUCIÓN
Junto con esto se debe también fomentar el ingreso de inversión privada nacional y extranjera al Distrito, aplicando políticas de exenciones tributarias.
Es clave ofrecer condiciones de servicios públicos aptos para el libre desarrollo de la actividad económica y así exigirles un mínimo de creación de empleos formales.
Nuevas políticas establecerían un nuevo ambiente de negocios y emprendimiento.
Estas políticas al unísono podrían establecer un nuevo ambiente de negocios y emprendimiento, que se traduzca en más ingresos y mejor calidad de vida.
Lo que hemos visto en Santa Marta es un ataque sistemático a las empresas privadas, sin hablar de la inexistente de una política de desarrollo económico.
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ESTAMOS A TIEMPO
Súmele el incremento excesivo de la nómina de la Alcaldía, mediante nuevas entidades, que finalmente conlleva al aumento del clientelismo y burocracia.
Sin duda el valor más grande que puede tener un territorio es su capital humano, pero aquí aún no lo hemos reconocido y pareciera que no hubiese intención.
Los profesionales y emprendedores samarios esperan ansiosos una oportunidad.
Nuestros profesionales y emprendedores están a la espera de una oportunidad que haga realidad sus sueños y además dinamice la economía de Santa Marta.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Todos estamos a la espera de que la Capital de Magdalena acceda al éxito al que está llamada históricamente.
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