Santa Marta es el epicentro de programas pioneros, para proteger al jaguar de la extinción, producto de la caza, el turismo y los incendios.
Por increíble que parezca, fueron los incendios forestales ocurridos en la Sierra Nevada de Santa Marta en 2012 los que impulsaron la protección del jaguar.
La especie, considerada en vía de extinción, quedó en el blanco de la caza indiscriminada, luego de ser un asesino letal de ganado y animales domésticos.