Distinto a lo sucedido en Antioquia, el encuentro en Barranquilla de los candidatos a la Presidencia de la República, fue un verdadero debate.
Un par de días atrás; Germán Vargas, Iván Duque, Sergio Fajardo y Gustavo Petro; asistieron a una especie de ‘entrevista’ colectiva. Humberto De la Calle no estuvo.
Con la organización de El Heraldo, TeleCaribe y la Universidad del Norte; por primera vez, los presidenciables se enfrentaron ‘cuerpo a cuerpo’.
Duque fue ‘la tarjeta de tiro’ de todos, pero supo devolver golpes por golpes. Se defendió y atacó con frialdad, peyorativo y argumentos. Conclusión: es ‘buen pollo’.
Vargas se mostró como ‘dueño de casa’, peleó una sola vez (contra Duque), se tomó cuatro tazas de café, fue quien más usó la silla de su atril. Estuvo bien.
Petro repitió libreto. Reivindicó el haber nacido en Ciénaga de Oro (Córdoba), atacó los candidatos de derecha: Vargas y Duque; y fue el de mejor proxémica.
Fajardo dio la sensación de estar ‘Davivienda’: en el lugar equivocado. Se comportó payasito y displicente. Cambió el estilo de sus respuestas sin postura.
De la Calle no solamente ratificó la condición de colero en las encuestas sino del espíritu de su campaña. Diría que ‘murió hace años y no se ha dado cuenta’.
Lo mejor del debate fue el auditorio. El público no le perteneció a ningún candidato. La gente festejó las buenas respuestas y abucheó las malas.
Felicitación a la organización porque no es asunto fácil meter 3.000 formas de pensar en un mismo sitio y tenerlos, medianamente, en ambiente de respeto.
No me gustó para nada que los moderadores ‘barranquillerizaron’ el debate, a pesar de que los cinco candidatos se esforzaron por ‘cariberizarlo’.
Finalmente, como Chief Executive Officer de www.codigoprensa.com rechazo el escaso componente digital que tuvo el evento; más allá de los streaming.
