Portada Magdalena Anillo contrata a Matallana para escudriñar contrato de Cardiovida

Anillo contrata a Matallana para escudriñar contrato de Cardiovida

Por María José Bolaños
Nora Anillo y Ernesto Matallana protagonizan una estrategia judicial en contra de Cardiovida.

Nora Elvira Anillo Romero, gerente encargada del Hospital Julio Méndez Barreneche; contrató la asesoría por 550 millones de pesos.

La Empresa Social del Estado Hospital Universitario Julio Méndez Barreneche, bajo la dirección de la gerente encargada Nora Elvira Anillo Romero, ha lanzado una nueva ofensiva jurídica contra la Unión Temporal Cardiovida, entidad que desde 2018 presta los servicios integrales de cardiología y cirugía cardiovascular en el hospital. En una reciente jugada, Anillo Romero contrató al abogado bogotano Ernesto Matallana Camacho por 550 millones de pesos, con el objetivo de revisar el contrato de alianza estratégica sin responsabilidad compartida entre ambas entidades.

Este nuevo movimiento forma parte de una serie de acciones sistemáticas que la gerente ha emprendido desde su llegada al cargo, buscando asfixiar financieramente a Cardiovida, a la que se le ha llegado a adeudar más de 3.200 millones de pesos. Estas obligaciones no solo han afectado a la Unión Temporal, sino que ponen en grave peligro la vida y la salud de los pacientes del hospital, al interrumpir servicios esenciales de alta complejidad médica.

Atención eficiente en medio de los ataques

Además del riesgo evidente para los pacientes, la estabilidad laboral de más de 50 empleados de Cardiovida, todos profesionales de la salud altamente capacitados, se encuentra en juego. Las decisiones unilaterales de Anillo Romero, como la cancelación de agendas de pacientes y la contratación sin planeación, no solo han desorganizado la prestación de servicios, sino que también han generado un ambiente de incertidumbre entre el personal.

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El contrato entre la Unión Temporal Cardiovida y el hospital, que fue suscrito en 2018 por un período de 15 años, involucró una inversión de cerca de 10.000 millones de pesos para adecuar infraestructura y adquirir tecnología de última generación. A pesar de los ataques constantes, Cardiovida ha mantenido el compromiso de ofrecer servicios de calidad, sin que hasta la fecha se haya generado ningún proceso administrativo sancionatorio por incumplimiento.

Nora Elvira Anillo Romero la inquisidora

Esta última contratación impulsada por Nora Elvira Anillo Romero busca revisar las 27 obligaciones de la cláusula segunda del contrato, con el aparente propósito de encontrar incumplimientos graves que justifiquen un rompimiento del acuerdo. Sin embargo, la verdadera intención parece ser desestabilizar aún más a Cardiovida, poniendo en riesgo tanto su operatividad como la salud de los pacientes que dependen de estos servicios vitales.

El deterioro progresivo de la relación entre el hospital y Cardiovida, urdido por Nora Elvira Anillo Romero, no solo afecta el bienestar de los pacientes, sino que también tiene un impacto negativo en las finanzas del hospital. Las decisiones sin planeación y el ambiente hostil que ha generado la gerente encargada Anillo Romero están causando un deterioro económico que compromete la sostenibilidad a largo plazo de los servicios médicos especializados.

La comunidad de pacientes, los empleados de Cardiovida y la opinión pública en general deben estar alertas ante esta nueva estrategia de acoso jurídico, que no solo pone en riesgo la vida de quienes necesitan atención médica, sino que también afecta la estabilidad laboral y profesional de aquellos que han dedicado años a la salud cardiovascular en Santa Marta y Magdalena.

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