Home Magdalena Con tres candidatos fuertes en el partidor comienzan las atípicas en el Magdalena

Con tres candidatos fuertes en el partidor comienzan las atípicas en el Magdalena

por Álvaro Quintana Mendoza
Como lo anunció en primicia Código Prensa, la Registraduría fijó las atípicas en el Magdalena para el 23 de noviembre.

Como lo anunció en primicia Código Prensa, la Registraduría fijó las atípicas en el Magdalena para el 23 de noviembre.

Rafael Noya, Margarita Guerra y Pablo Acuña mueven las fichas en una contienda atravesada por viejas alianzas y nuevas jugadas.

El panorama político del Magdalena vuelve a agitarse tras la confirmación de que el departamento irá a elecciones atípicas el próximo 23 de noviembre. La fecha fue establecida mediante decreto expedido por el Ministerio del Interior, noticia que Código Prensa anticipó en primicia.

Ahora, la Registraduría Nacional deberá emitir el calendario oficial que regirá la contienda, incluyendo tiempos de campaña y demás etapas previas a la jornada electoral de atípicas en el Magdalena.

La definición de la fecha marca el inicio de un proceso que se extenderá por 59 días, en un ambiente donde las cartas fuertes ya empiezan a definirse: Rafael Noya, Margarita Guerra y Pablo Acuña.

Tres nombres que, aunque se presentan con matices distintos, tienen vínculos estrechos con el caicedismo, movimiento que ha dominado la política regional durante la última década.

Tres aspirantes con raíces comunes

Rafael Noya, abogado y funcionario con trayectoria en el sector público, busca consolidar su proyecto luego de desertar del Caicedismo. Durante años estuvo vinculado a las cercanías del proyecto de Carlos Caicedo. En la arena política se le reconoce su conocimiento de la administración pública, aunque enfrenta el desafío de convencer al electorado de que su distanciamiento con el caicedismo no es circunstancial, sino un cambio de rumbo real.

Un hecho particular rodea a Rafael Noya: dos de los tres gerentes que maneja su campaña provienen de las entrañas del caicedismo. Esto significa que su estructura política y estratégica se nutre de figuras que, en el pasado o en el presente, han estado vinculadas con Carlos Caicedo y su proyecto político.

Margarita Guerra, actual diputada del Magdalena, representa la nueva generación dentro del mismo movimiento. Su carrera en la Asamblea la ha convertido en una figura con visibilidad propia y cercanía con Rafael Martínez, heredero político de Caicedo en Santa Marta. Con ella, el caicedismo apuesta por una renovación que combina juventud y experiencia, proyectando continuidad sin perder el discurso del relevo.

Pablo Acuña completa la terna de aspirantes con un perfil marcado por su conexión directa con la familia de Carlos Caicedo. Es esposo de su hija y, además, su padre es un contratista con reconocida trayectoria en el sector público y estrechas relaciones con el caicedismo. Su candidatura es leída como un movimiento para preservar de manera explícita la influencia de ese sector en la Gobernación.

Descartaos y pulseo interno

Lo llamativo de este escenario de atípicas en el Magdalena es que, más que una competencia entre proyectos antagónicos, lo que se vivirá en el Magdalena será una disputa interna entre figuras que, de una u otra forma, han hecho parte del mismo universo político. Incluso se recuerda que varios de los actuales equipos de campaña tienen entre sus filas a exgerentes o asesores que antes trabajaron bajo el sello caicedista.

Los descartes también dan señales del rumbo de la contienda. Virna Johnson, exalcaldesa de Santa Marta, al parecer, decidió no postularse ante la falta de reconocimiento fuera de la capital.

Ingrid Aguirre, congresista en ejercicio, prefirió no arriesgar su proyección hacia el legislativo. Jorge Agudelo, con una base limitada en Santa Marta, tampoco logró consolidar apoyos departamentales. Esto deja el escenario reducido a tres nombres que, aunque distintos, comparten la misma raíz política.

El decreto del Ministerio del Interior abre oficialmente la puerta al proceso de atípicas en el Magdalena, pero será la Registraduría la encargada de precisar las fechas para la publicidad electoral y la organización de la jornada. Mientras tanto, los partidos y movimientos tendrán que correr contra el reloj para definir sus apuestas y comenzar a recorrer los municipios, pues según el decreto tienen 15 días para inscribir candidatos.

La carta de Rafael Martínez

En paralelo, en el entorno caicedista se plantea una línea de discusión adicional: Rafael Martínez, exalcalde de Santa Marta y figura clave del movimiento, tantea con sus consultores y asesores jurídicos la posibilidad de entrar en la contienda. Aunque aún no hay decisión, su nombre aparece en las conversaciones de la casa política como un eventual aspirante que podría alterar el tablero actual si encuentra respaldo legal para participar.

Las elecciones atípicas en el Magdalena del 23 de noviembre llegan en un momento en que el Magdalena enfrenta retos profundos: índices de pobreza superiores al promedio nacional, rezagos en infraestructura vial y educativa, así como una creciente percepción de inseguridad en las zonas urbanas y rurales.

Estos problemas demandan propuestas claras, pero la campaña se perfila más como una medición de fuerzas entre las distintas vertientes del caicedismo que como un debate de fondo sobre soluciones.

Calendario: 59 días para definir la contienda

El cronograma formal de estas atípicas en el Magdalena fija un horizonte de aproximadamente 59 días desde la publicación del acta del calendario electoral. En ese lapso:

La Registraduría Nacional del Estado Civil debe emitir el calendario oficial con fechas de etapas (inscripción, campaña, jurados, escrutinios).

Los movimientos y partidos tendrán 15 días calendario para inscribir formalmente sus candidatos.

La campaña será breve, lo que favorece a quienes ya dispongan de estructura, visibilidad y reconocimiento.

Las fases logísticas —organización de jurados, divulgación electoral, capacitación y vigilancia— deberán ser ejecutadas con premura y escrutinio.

En este contexto, la ciudadanía espera que los aspirantes logren elevar la discusión más allá de las lealtades personales y presenten rutas concretas para atender las urgencias del territorio. Sin embargo, la dinámica interna del caicedismo —con alianzas, rupturas y herencias políticas— parece dominar la narrativa de la elección.

Lo cierto es que, tras semanas de incertidumbre, el decreto despejó el camino y puso fecha definitiva a la elección. El 23 de noviembre el Magdalena regresará a las urnas en una jornada que promete ser intensa y corta, con apenas dos meses de preparación. Todo apunta a que, más que la confrontación entre oficialismo y oposición, lo que vivirá el departamento será una disputa entre quienes, con trayectorias distintas, provienen del mismo tronco político.

VER: Se confirma la caída de Rafael Martínez y abre paso a elecciones atípicas en el Magdalena

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