Se estima que la expedición de las cartulinas que requieren los conductores de bus y buseta, arrojan utilidad por encima de los $1.000 millones de pesos pero dicha ganancia no se traduce en una eficiente prestación del servicio de transporte público masivo en Santa Marta.
Luis Guillermo Rubio, gerente del Sistema Estratégico de Transporte Público de Santa Marta; puso el dedo en la llaga al reiterar que el servicio de buses y busetas no es garantía de equidad y mucho menos de calidad.
Según el burócrata la queja recurrente a la hora de utilizar este transporte, es la pésima calidad que ofrecen conductores y propietarios de los vehículos del servicio público que están afiliados al sistema estratégico.
Por todo lo anterior, a instancias del Sistema Estratégico de Transporte, ha comenzado una especie de ‘cruzada’ para que la transición del viejo esquema operacional al nuevo, ofrezca garantías de excelencia.
La idea es que Santa Marta cuente con una única empresa a la que se asociarán las actuales cambiando el modelo de negocio y fundamentalmente, pensando en la comodidad del cliente final.
¡REVOLCÓN AL TRANSPORTE!
Rubio señaló a Transportes Bastidas, Rodamar, Rodatur y Cootransmag; de dedicarse exclusivamente a emitir las cartulinas de movilización, documento que es pagado, así el vehículo trabaje o no lo haga.
Consecuencia de este despiadado lucro, es que el transporte público nunca ha sido eficiente, mira con desdén a quien paga el servicio, menoscaba al conductor y comete los atropellos más aberrantes.
El nuevo esquema conllevaría a que se pueda tener un sistema sostenible, con punto de equilibrio, donde se le aporte más a la ciudad y que garantice la prestación de un buen servicio para la gente.
Santa Marta, como ciudad intermedia, es la que mayor demanda de pasajeros registra. Hoy en día por las calles se movilizan aproximadamente 230.000 usuarios que representan un negocio de $368.000 millones de pesos.