Las playas de Santa Marta están ‘inundadas’ de vendedores informales, el problema se agudiza para turistas y para el comercio formal, que pide a las autoridades tomar medidas.
Ante la falta de empleo y oportunidades, los inmigrantes se han tomado las calles de la ciudad, buscando generar ingresos para subsistir a través de ventas informales, afectando el comercio local.
Según la Promotora turística de El Rodadero se han contado más de 500 nuevos informales en las últimas tres semanas y cada día se suman más.
Asegura Ivan Calderón de Pro Rodadero que entre ellos mismos se avisan que pueden ejercer libremente cualquier actividad allí. Detrás de estas ventas informales con venezolanos como protagonistas, existen comerciantes colombianos, asegura.
Además, una problemática que se ha generado a raíz del aumento de vendedores, es que los turistas constantemente deben buscar la manera de deshacerse de ellos afectando su comodidad en la playa.
MÁS QUE UN PROBLEMA DE GANANCIAS
Esta ola de vendedores informales se convierten en un nuevo problema que atender para las autoridades distritales, no sólo porque es una competecia desleal para el comercio formal, sino por la inseguridad que generan ciertos servicios.
Las autoridades han ejercidos en muchos casos decomisos a los vendedores informales como artesanías, comestibles y mercancías variadas entre otras cosas, pero los controles no son suficientes en este momento.
Estos vendedores no cumplen con los mínimos requisitos sanitarios ni permisos legales, si el turista los adquiere y no resulta beneficiado, eso redunda en una mala imagen para la ciudad como destino.
Migración Colombia también está haciendo presencia en las playas, especialmente en el Rodadero, que es uno de los puntos central en cuanto al comercio informal, los comerciantes piden que se fortalezcan las medidas regulatorias.