El consumo de esta carne considerada como de ‘lujo’ conlleva riesgos no solo a la salud sino también preocupaciones de conservación y bienestar animal.
En el Magdalena y diversas regiones del país, el armadillo ha desempeñado un papel importante en la alimentación tradicional, sin embargo, aunque se haya vuelto una costumbre común, es esencial reconocer que su consumo puede traer serias consecuencias para la salud.
Los armadillos son mamíferos que pertenecen a la orden Cingulata (se caracterizan por tener una capa dura en su piel llamada armadura que está hecha de placas óseas que los ayuda a protegerse), y su carne es apreciada y comparada al sabor del pollo, lo que los hace deseables para consumo.
No obstante, estos animalitos que son comparados con auténticos “fósiles vivientes” han demostrado ser portadores, en especial el armadillo de nueve bandas, de la bacteria Mycobacterium leprae, que es la causante de la lepra en los seres humanos.
Por otra parte, los costos de la carne oscilan entre 100 mil y 300 mil pesos por animal entero, en contraste con los cazadores que lo ofrecen entre 8 mil y 12 mil pesos, aunque en restaurantes y mercados públicos las porciones del armadillo se encuentran a 14 mil y pueden llegar hasta 20 mil pesos, a pesar de que su comercialización es ilegal.
ARMADILLOS EN PELIGRO
La supervivencia de los armadillos se ve amenazada por la degradación del entorno y la fragmentación causada por la expansión de la ganadería y la agricultura, incluyendo cultivos como la palma de aceite, arroz, soya y maíz.
Además, su caza indiscriminada y la pérdida de hábitat han llevado a especies como los ocarros y los cachicamos sabaneros a ser clasificadas como Vulnerables o Casi Amenazadas en la Lista Roja de la UICN.
Este doble desafío de degradación ambiental y caza excesiva no solo amenaza a las poblaciones de armadillos, sino que también plantea preocupaciones éticas y de bienestar animal.
Para contrarrestar estos riesgos, es crucial promover prácticas sostenibles que preserven la biodiversidad y la salud de los ecosistemas y optar por opciones alimenticias más seguras.