El Colegio Altos de Bahía Concha pasa de precarias condiciones a una infraestructura en crecimiento gracias a esfuerzos comunitarios e institucionales.
En 2016, la institución educativa del Distrito Ondas del Caribe, sede Altos Bahía Concha en Santa Marta, comenzó su andadura en condiciones muy lejanas a las óptimas. Con más de 250 estudiantes y un equipo docente comprometido, sus clases se desarrollaban en una pequeña casa alquilada, cuya infraestructura era insuficiente y peligrosa para el número de alumnos y las actividades que requería una comunidad educativa en crecimiento.
La casa, ubicada en el corazón del barrio, carecía de los espacios básicos y de las medidas de seguridad exigidas por las normativas del Ministerio de Educación y de la Secretaría de Educación, dificultando así la experiencia de aprendizaje y aumentando la sensación de precariedad para los estudiantes.
El espacio alquilado costaba 40 millones de pesos anuales, un gasto elevado que, no obstante, no lograba cubrir las necesidades de infraestructura ni de seguridad. Los salones improvisados, entre ellos uno ubicado en un patio cubierto solo con una ‘polisombra’, reflejaban la falta de recursos y la exposición a riesgos constantes. La amenaza de un tanque elevado a punto de caer sobre el área de recreo marcó un punto de quiebre que impulsó a la comunidad educativa a buscar soluciones más estables.
La movilización comunitaria y el inicio de un sueño
Ante el estado crítico de la institución, Pablo Sergio Palma García, líder de la Junta de Acción Comunal, junto al rector Ludwing Caicedo Ramírez y el personal docente, tomaron la iniciativa de hacer algo al respecto. No estaban dispuestos a seguir viendo cómo el sueño de una educación digna se escapaba entre promesas incumplidas y recursos limitados. Comenzaron a gestionar la colaboración de la comunidad y el apoyo de organizaciones no gubernamentales, y pronto encontraron aliados que creyeron en su visión de transformar la realidad de Altos de Bahía Concha.
La Fundación Anclas, una organización sueca comprometida con proyectos educativos, fue una de las primeras en responder al llamado. Con su ayuda, se logró financiar una primera fase de construcción para dotar al colegio de un espacio adecuado para las actividades educativas. La donación de la Fundación Anclas, sumada a la colaboración de la empresa Atesa, que facilitó maquinaria y materiales de construcción, hizo posible iniciar la construcción de seis aulas y baños en 2023. Esta primera fase fue un avance significativo, logrando un espacio físico que ya no representaba un peligro para los estudiantes.
Colegio Altos de Bahía Concha: Un avance notable en infraestructura
La entrega de la primera fase en octubre de 2023 no solo representó una mejora material, sino que se convirtió en un símbolo de esperanza y de los resultados del trabajo en equipo. Los nuevos salones permitieron a los estudiantes y docentes desenvolverse en un entorno más seguro y apto para el aprendizaje, marcando una diferencia crucial en la calidad de la experiencia educativa.
Sin embargo, aún quedaba mucho por hacer. La comunidad educativa, animada por los logros alcanzados, mantuvo su compromiso y redobló esfuerzos para conseguir el apoyo necesario para las siguientes etapas de construcción. La administración municipal, bajo el liderazgo del alcalde Carlos Alberto Pinedo Cuello, manifestó su apoyo al proyecto. A diferencia de gestiones pasadas que mostraron una actitud de desatención, el gobierno de Pinedo no solo facilitó recursos, sino que prometió nuevos materiales y apoyo logístico para llevar a cabo la segunda fase de expansión de la institución.
La segunda fase: hacia un espacio educativo integral
La segunda fase de construcción, recientemente completada, añadió un comedor y una batería de baños a la infraestructura existente. Esta expansión no solo responde a la necesidad de espacios adecuados para el bienestar y la higiene de los estudiantes, sino que también asegura un entorno propicio para su desarrollo integral. Con un comedor propio, los estudiantes pueden disfrutar de un espacio adecuado para su alimentación, lo que contribuye a mejorar su rendimiento y atención en clase.
Además, la administración local ha comprometido recursos adicionales para una tercera fase, que ampliará el colegio con nueve aulas más, para un total de 15. Esta expansión permitirá atender a más de 500 estudiantes, una cifra que no solo responde a la demanda actual, sino que también proyecta un futuro donde el Colegio Altos de Bahía Concha pueda ofrecer todos los grados educativos sin que los niños tengan que desplazarse fuera de su comunidad.
En alianza con la Fundación Ancla de Suecia y @atesa_esp, entregamos un comedor escolar con cocina y sanitario en la IED Ondas del Caribe, sede Altos de Villa Concha, beneficiando a más de 280 estudiantes del nororiente de Santa Marta. #NosUneLaEducación pic.twitter.com/LvFWTVpUsX
— Alcaldía de Santa Marta (@SantaMartaDTCH) November 8, 2024
El rol fundamental de los docentes
A lo largo de esta transformación, el equipo docente del colegio ha jugado un rol protagónico. No solo han sido responsables de la educación de los estudiantes, sino que también han sido piezas clave en la movilización y denuncia de las condiciones precarias en las que se encontraban. Los docentes se han convertido en gestores y defensores del proyecto, dedicando tiempo y esfuerzo a asegurar que los estudiantes puedan acceder a una educación de calidad.
Este compromiso va más allá de las aulas: los docentes, junto con los líderes comunitarios, han demostrado una visión de futuro en la que la educación es el pilar fundamental para el desarrollo de Bahía Concha. Su labor constante y sus denuncias han sido una fuerza vital para la continuidad y crecimiento del proyecto.
Hacia un futuro prometedor para Bahía Concha
Con la promesa de una tercera fase, el Colegio Altos de Bahía Concha está en camino de consolidarse como un modelo de transformación educativa y de trabajo en equipo. La historia del colegio, que comenzó con una casa alquilada y en condiciones precarias, es ahora un ejemplo de cómo la organización comunitaria, la solidaridad y la voluntad política pueden superar obstáculos aparentemente insalvables.
La construcción de la tercera fase permitirá que más niños puedan estudiar sin salir de su comunidad, y que Altos de Bahía Concha se convierta en un referente de educación digna y de calidad en la región. La proyección es que, con las aulas adicionales, el colegio pueda abarcar todos los grados educativos, desde preescolar hasta el último grado de educación básica, evitando así que los estudiantes deban trasladarse fuera de su zona y exponerse a riesgos innecesarios.
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