Villarroel admitió que ‘patinaba’ los trámites de pago dentro de la alcaldía, le hacía seguimiento a los desembolsos, presionaba a los funcionarios e incluso buscó a prestamistas externos para que los contratistas tuvieran recursos para las obras.
Con una dignidad de eterna primera dama, quien fuera la esposa de Carlos Caicedo dejó en evidencia el papel fundamental que tuvo en la administración del exalcalde y tiene en la alcaldía de Martínez. Obras, recursos y contratistas están bajo su mira.
A principios de junio de 2013, el entonces alcalde Caicedo dirigía los primeros esfuerzos para postular a Santa Marta como sede de los que serían, los próximos Juegos Bolivarianos.
A su lado, su esposa Elisa Villarroel, encabezaba el grupo que se encargaría de adelantar todo el lobby correspondiente, para que fuera la ciudad dos veces santa, la elegida como punto de encuentro para celebrar estas justas.
La mano amiga de los contratistas
Labor, que pareció aprender de muy buena manera, puesto que tal como lo dejó en claro ante los micrófonos de la W Radio, fue ella quien se puso al frente de los contratistas para adelantar cualquier trámite relacionado con los escenarios.
“Yo me les presenté a los contratistas, y me puse a disposición para patinar los trámites dentro de la alcaldía, si había un funcionario que no les estaba respondiendo, que colocaban mucha traba o alguna gestión que demorara las obras, ahí estaba yo” puntualizó.
De esta forma, Elisa, aún después de concluida la administración Caicedo, tenía luz verde para urdir a sus anchas en la Alcaldía de Santa Marta, cual propiedad privada; presionando funcionarios, tramitando desembolsos, atendiendo hasta el más mínimo requerimiento de los contratistas.
Y es así, cómo a tan sólo días de la inauguración de los tan esperados Juegos Bolivarianos, aprovechó su influencia magnánima para gestionar más de 100 millones de pesos, que necesitaba el contratista del estadio.
La salvación de contratistas sin recursos
Según lo manifestó la exprimera dama, Darío Barros, encargado de la ejecución del estadio Sierra Nevada, acudió a ella con el fin de buscar alguien que le prestara ese dinero, pues de lo contrario, los Juegos quedarían en el aire.
Y Villarroel, como si se tratara de cualquier bobadita, lo consiguió. ¿Quién no sino ella?.
En unas cuantas horas, con un lobby muy bien practicado, obtuvo el dinero a partir de un préstamo del empresario Raúl Salcedo.
Los Bolivarianos estaban salvados.
Sin embargo, no se esperaba, que el entramado de influencias, liderado por su persona, muy pronto le pasaría factura; pues Salcedo hoy denuncia que su dinero no le ha sido devuelto, y exige a la primera dama del caicedismo “que dé la cara”.
Las deudas a pagar
¡Qué situación más vergonzosa! Manifestó Elisa Villarroel. “Es que a nadie le gusta que les ventilen sus deudas” afirmó, agregando además que no es su culpa, porque lo que sucede es que a Barros, el alcalde no le ha terminado de cancelar las obras del estadio.
“La obra está en un 97% y sólo se ha pagado el 88%, lo que equivale a más de $6.000 millones que aún no se le han dado”.
Permitiéndose además, dar un parte de tranquilidad al empresario Salcedo, que su plata llegará, que su amigo Barros, a quien asegura tener en alta estima, ‘no le va a quedar mal’.
Ratificando aún más, esa seguridad de poder seguir gestionando, presionando, tramitando lo necesario, aun cuando la Alcaldía está en otras manos.
Por eso no sería extraño que muy prontamente se cancelen los recursos adeudados por el estadio, ya no sólo hay que cumplirle a los samarios, también hay que pagar la deuda.