La experiencia de Shaul Correa y Alberto Santana, permite esclarecer algunos mitos con respecto a las vacunas para vencer el coronavirus.
Alberto Mario Santana Jaraba es un médico ortopedista, oriundo de Fundación, que es quizás el primero de ese municipio en ser vacunado contra el Covid-19.
Su labor profesional, en el Hospital Lucio Meléndez, le permitió una mayor accesibilidad a la vacuna Sputnik V, la primera registrada contra el virus.
Siguiendo los protocolos del Ministerio de Salud argentino, completó una ficha gubernamental. Su exposición al virus fue determinante para acceder a la vacuna.
Por eso, sólo tuvo que esperar 10 días, para que finalmente se le fuera suministrada la importante vacuna, producida en Rusia, y ahora en Brasil.
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¿EFECTOS SECUNDARIOS?
Sobre el temor generalizado a la vacuna, el médico fundanense, se lo atribuye a la desinformación. Como profesional, tiene claro que toda vacuna tiene efectos adversos.
“Toda vacuna da síntomas leves” y aunque señala que eso depende de cada caso, afortunadamente, en su experiencia, ha sido mínima la reacción de su cuerpo.
Tanto así, que ha podido seguir desarrollando sus labores profesionales con normalidad. Mientras, espera que su esposa y dos hijos sean vacunados.
Esa expectativa la tiene con sus coterráneos, haciéndoles una invitación a que, por favor, se vacunen. Por el bien propio, por el bienestar de los enfermos y ancianos.
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HIJO DE PESCAÍTO EN ISRAEL
Shaul Correa Correa nació en Santa Marta; específicamente en el barrio Pescaíto. Tiene 42 años, y es ingeniero agrónomo de la Universidad del Magdalena.
A pesar de su apego por esta tierra, es hijo de padres israelíes, así que hizo acopio de su ascendencia para emprender vuelo, buscando una mejor vida.
Desde 2010, vive en Israel junto con su esposa y hermanos. En este país, sin trabas burocráticas, accedió a la vacuna con la facilidad de quien va a un supermercado.
En conversación con CÓDIGO PRENSA, Shaul Correa explicó que el gobierno israelí empezó desde hace meses, las tareas de vacunación masiva contra el Covid-19.
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COINCIDENCIA O DESIGNIO DIVINO
Israel, vacunó primero a los profesionales de la salud y a los mayores de 60 años. Luego, el turno fue para el resto de la población, exceptuando a menores de edad.
Para vacunarse, fue con su hermano a una clínica cercana, llenó un formulario con sus datos médicos y en menos de una hora ya estaba siendo vacunado.
La disponibilidad de las vacunas, se explica porque los directivos de Pfizer e incluso los investigadores de la vacuna, son judíos. Israel tuvo prioridad.
Para Shaul, el efecto secundario ha sido un dolor en el brazo. En 20 días recibirá una segunda dosis. Confiado en la ciencia, en Dios y no en cadenas de Whatsapp.
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