Desde que ocurrieron los hechos, la madre de María Fernanda libra una batalla judicial para denunciar los presuntos errores médicos que se cometieron.
María Fernanda Fontalvo Fontalvo tenía 11 años y ocho meses, al momento en que fue intervenida por una hernia umbilical, detectada semanas antes.
Kathy Fontalvo, su madre, nunca pensó que ese 13 de junio de 2017, sería el último día que vería a su hija como la recordaba: sana, feliz y risueña.
La cirugía, una herniorrafía umbilical, fue catalogada por los médicos como un procedimiento menor, casi ambulatorio. 35 minutos duró el procedimiento.
Algunos minutos después, exactamente a las 11:05, la menor experimentó un episodio respiratorio, que terminó en sianosis, apnea y hasta un paro.
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SIN ANESTESIÓLOGO
Cuando la niña presenta esta crisis, según reposa en los dictámenes médicos, no recibió los primeros auxilios de manera inmediata, sino 15 minutos después.
El encargado fue un médico general, y no el anestesiólogo, según lo establecen los protocolos médicos a partir del tipo de sedación utilizada para operarla.
Propofol, sedación raquídea y Fentanil, fueron los métodos que integraron la técnica analgésica; cuya combinación podría haberle ocasionado la crisis.
Sus fallas respiratorias, ocasionaron su reingreso de emergencia al quirófano. A las 12:10 del mediodía, fue estabilizada, pero no estaba fuera de peligro.
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UCI PEDIÁTRICA
María Fernanda Fontalvo, fue operada en el Hospital San Rafael. Hasta allí fue remitida por parte del Centro de Salud Paz del Río donde asistió a sus consultas.
Debido a sus complicaciones, el hospital de Fundación estaba incapacitado para atenderla. Así que fue trasladada al Hospital Julio Méndez Barreneche.
Ya en Santa Marta, en un hospital de cuarto nivel, ingresó a la unidad de cuidados intensivos pediátrica; en la que estuvo internada 51 días ininterrumpidos.
Lejos de mejorar, María Fernanda Fontalvo salió de allí con los daños físicos, neurológicos y mentales; producidos por presuntas fallas en los protocolos.
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NUNCA MÁS SERÁ LA MISMA
Atrofia, convulsiones, hidrocefalia, neumonía, infección urinaria, isquemia, hipoxia y un estado vegetativo persistente; fue el dictamen después de la UCI.
Su historia médica, la califica como una niña normal y sana, antes de la cirugía; pero las presuntas fallas médicas y su crisis respiratoria, casi la matan.
María Fernanda, después de saltar, bailar, correr y hablar como cualquier niña, quedó postrada, por siempre, según los médicos, a una cama de hospital.
Necesita una enfermera 24 horas, no puede hacer nada sola. Está en estado cuadripléjico afrontando una desnutrición severa. Se alimenta por sondas.
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DOLOR DE MADRE
Mientras que Mafe, profiere algunos gruñidos cada cierto tiempo, debido a que su conciencia no entiende lo que le pasa a su cuerpo; su madre sufre al verla.
Kathy Johana Fontalvo, debió dejar su trabajo como empleada doméstica, para atender a su hija y batallar contra la burocracia médica que no la atiende.
Una cita de control, un traslado en ambulancia, una silla de ruedas y hasta los medicamentos; han sido obtenidas por un sinnúmero de tutelas falladas a su favor.
Fontalvo además demandó al Estado, pidiendo que investiguen el proceder médico en el caso de su hija y pidiendo una reparación económica e integral.
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