Se llama Pablo Hernán Vera Salazar y desde el 25 de noviembre de 2016 se convirtió en rector de la Universidad del Magdalena, la única de carácter público con que cuenta el departamento.
Sin duda quería ser rector de la Universidad del Magdalena. Allí fue líder estudiantil, se graduó de Ingeniero Civil y estuvo como funcionario.
El 25 de noviembre de 2016 su sueño se hizo realidad. La señora Gobernadora de Magdalena, Rosa Cotes de Zúñiga, lo posesionó en el cargo.
Debe estar 1.460 días en la institución y tal vez, si se presenta a reelección, se quedaría cuatro años más. Técnicamente estaría dirigiéndola hasta el 2024.
Desde el primer minuto de su administración, se concentró en superar la dificultad más sentida de la institución desde 1997: su estabilidad financiera.
¿QUÉ ES LO QUE PASA?
La Universidad del Magdalena de Pablo Vera sufre del mismo mal que las otras, su gasto de funcionamiento aumenta más rápido que las transferencias.
Después de mucho tiempo, la Universidad del Magdalena salió a la calle como un solo cuerpo, ha exigir que se garantice su futuro y estabilidad económica (Federico Díaz).
La Ley 1819 de 2016 de la Reforma Tributaria, golpeó de forma significativa la economía de las universidades cuando se esperaba que corrigiera el déficit.
La alma máter magdalenense y las del resto del país, vieron como sus recursos fueron sustituidos por el programa “Ser Pilo Paga” que privilegia a las privadas.
Este escenario ha hecho disminuir la capacidad de funcionamiento, el crecimiento de la cobertura y el mejoramiento de la infraestructura.
¿QUÉ HA HECHO PABLO?
Ante este panorama, Pablo Vera Salazar ha sido recursivo. Comenzó atenuando costos en aspectos como la logística de la ceremonia de grados.
Le ha apostado, desde el Centro de Innovación y Emprendimiento, a la creación de unidades de negocio que tengan como base la ciencia.
Los ingresos que percibe la Universidad del Magdalena y las demás estatales de Colombia, disminuye más rápido de lo que crecen las transferencias (Federico Díaz).
Logró que la Asamblea de Magdalena fijara una nueva tasa de la estampilla Pro Refundación que le significará cada año, $18.000 millones adicionales.
El 21 de septiembre inauguró el Centro de Atención a la Comunidad con el que jalorá recursos en materia de servicios estratégicos para la reconciliación.
LAS CIFRAS
La Universidad del Magdalena logra ingresos de la Nación y el Departamento, del impuesto sobre la renta para la equidad, por matrículas y estampilla.
Al año pueden ser $120.000 millones los que percibe, de los cuales $50.000 gira el nivel central. A duras penas, la plata alcanza para funcionar.
Resulta el colmo, que estando acreditada por alta calidad, se le transfieran $2.180.000 por estudiante, cuando hay instituciones que reciben $5.000.000.
Con este dinero se pagan maestros, administrativos, infraestructura, equipos, laboratorios, servicios generales y se soportan becas y beneficios.
MÁS QUE UNA MARCHA
El Rector, miles de jóvenes y adultos, acompañaron la movilización que nacionalmente, reclama más financiación para la universidad pública.
Muchos de los estudiantes que tiene la Universidad del Magdalena son chicos de provincia o de hogares donde solamente hay una cabeza de familia (Federico Díaz).
El primer problema que enfrentaron los marchadores fue que la actividad estuvo a punto de ser politizada por sectores “oportunistas”.
Después les cayó la lluvia que en estos días hace lugar común en el ambivalente clima de Santa Marta. Todos se mojaron pero no pararon.
Al final del día, lo único cierto es que la obsesión de Pablo Vera Salazar por financiar la Universidad del Magdalena no se cesa… no puede hacerlo.
