La visita de Álvaro Uribe Vélez a Santa Marta se convirtió en un escenario en el que el expresidente criticó al presidente Gustavo Francisco Petro Urrego.
El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, llegó a Santa Marta en un ambiente que, aunque sin los abucheos de visitas anteriores, no dejó de generar reacciones en la ciudadanía. Su intervención, realizada en el auditorio de la Universidad Sergio Arboleda, estuvo dirigida a la crítica de las reformas impulsadas por el gobierno de Gustavo Petro, a las cuales se refirió como una “amenaza disfrazada de ayuda a los pobres”.
Este análisis explora el trasfondo político y social de la visita, el contexto actual de las reformas, y los efectos posibles en el debate público en una ciudad como Santa Marta, históricamente dividida en sus posiciones políticas.
Reforma Laboral: riesgo para el empleo en ciudades intermedias
Uribe criticó la Reforma Laboral del gobierno, advirtiendo que sus disposiciones incrementarán los costos laborales de las empresas, lo cual, según su opinión, podría llevar a un alza del desempleo en ciudades como Santa Marta. Para Uribe, la reforma ignora la vulnerabilidad de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), motor económico de la ciudad y de buena parte del país.
Las Pymes generan más del 80 % del empleo en Santa Marta, lo que las coloca en una posición sensible ante cualquier cambio en los costos laborales. En este sentido, las reformas que sugieren un aumento en los beneficios laborales, como las licencias extendidas y el aumento de salarios, aunque aplaudidas por sectores laborales, preocupan a empresarios y comerciantes locales que ya enfrentan dificultades en costos operativos y de formalización.
Las implicaciones económicas en Santa Marta
Santa Marta ha sido testigo de un crecimiento económico significativo en la última década, impulsado principalmente por el turismo y el comercio. Sin embargo, según analistas económicos, la ciudad mantiene una tasa de desempleo juvenil alta y problemas de informalidad laboral en sectores estratégicos como el transporte y la hostelería.
Las reformas propuestas pueden significar para las empresas una disyuntiva entre asumir mayores costos o reducir su personal. Uribe planteó la posibilidad de que una reforma de esta naturaleza perjudique el dinamismo económico de la región Caribe, especialmente en ciudades intermedias que aún luchan por diversificar sus fuentes de ingresos y fortalecer su infraestructura laboral.
Reforma a la Salud: Centralización y riesgo de colapso
La crítica a la Reforma a la Salud también fue un tema central en el discurso de Uribe. Desde su perspectiva, esta reforma pretende centralizar el sistema, debilitando a las EPS (Empresas Prestadoras de Salud) para migrar a un modelo en el que la salud sea gestionada de manera más directa por el Estado. Santa Marta cuenta con un sistema mixto de EPS y hospitales públicos, y cualquier cambio en su estructura puede tener consecuencias profundas, especialmente para los habitantes de sectores rurales y periféricos, quienes dependen en gran medida del sistema público de salud.
La reforma de Petro busca, entre otros puntos, una mayor cobertura en zonas rurales y más control estatal sobre los recursos, pero según Uribe, este enfoque conlleva el riesgo de desbordar los hospitales públicos y reducir la eficiencia del sistema. En su visión, un modelo centralizado podría traer más congestión y menos calidad en la atención médica.
Influencia histórica de Álvaro Uribe en la política de Santa Marta
Uribe es una figura que ha marcado la historia política reciente de Colombia. Desde su mandato (2002-2010), su estilo de liderazgo y sus políticas de seguridad han dejado una huella duradera en muchas regiones del país, incluida Santa Marta. La ciudad, al igual que buena parte de la región Caribe, ha experimentado cambios en su dinámica de seguridad y desarrollo, algunos de los cuales aún se asocian con la política uribista.
Su influencia fue evidente en la elección de sus sucesores y en la consolidación de una corriente ideológica conservadora en el país. Su crítica a los tres presidentes que lo sucedieron, especialmente a Juan Manuel Santos y Gustavo Petro, muestra cómo su figura sigue representando un bloque de oposición influyente. En Santa Marta, sus posturas siguen siendo relevantes para sectores que ven en sus políticas una defensa del empresariado y del crecimiento económico.
Polarización en el contexto local: Uribe versus Petro
La visita de Uribe también refleja la división de opiniones que existe en Santa Marta, una ciudad que históricamente ha visto intensos debates entre diferentes corrientes políticas. Mientras que Uribe representa para algunos sectores una figura que defiende los valores tradicionales y la seguridad, el presidente Petro simboliza para otros una esperanza de cambio en términos de equidad y justicia social.
Este contraste se ve reflejado en las reacciones que generan cada una de sus visitas a la ciudad. La figura de Uribe suscita aún una gama de emociones, desde la nostalgia por su legado hasta el rechazo de quienes critican su postura conservadora y su influencia en la agenda política actual.
Reformas y debate sobre derechos ciudadanos
El debate en torno a las reformas de Petro y las críticas de Uribe también abordan un tema de gran importancia en la vida de los samarios: los derechos laborales, de salud y sociales. Las reformas impulsadas por el actual presidente buscan mejorar la situación de las poblaciones vulnerables, y su impacto sobre los derechos sociales de los ciudadanos es uno de los puntos que Uribe considera como “una amenaza” bajo el disfraz de apoyo a los más pobres.
Sin embargo, también es necesario observar que las reformas, aunque ambiciosas, responden a problemáticas estructurales que afectan a un porcentaje amplio de la población en la región Caribe, donde las brechas de pobreza y desigualdad son marcadas. Este análisis permite entender que el choque de posturas sobre la manera de abordar estas problemáticas es, en última instancia, una discusión sobre el modelo de Estado que necesita Santa Marta y el país en general.
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