No hay mejor herramienta hoy en día, que la participación comunitaria para impedir que continúe la destrucción del medio ambiente.
La intervención de la sociedad en su máxima expresión, es lo único que garantizará el cuidado y la preservación del medio ambiente de Santa Marta.
Aunque suena a ‘frase de cajón’, son quienes ejercen liderazgos ciudadanos los actores mejor calificados para que la vida de todos no siga corriendo peligro.
Carmen Patricia Caicedo Omar y Erick Samuel Pajares Garay; panelistas.
Estas y otras valiosas apreciaciones, fueron planteadas en el conversatorio: ‘Hablan los mejores, protejamos la tierra desde la participación comunitaria’.
La charla, ofrecida por la dirección del Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental -DADSA-, fue el mejor espacio para analizar la situación.
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EL PROBLEMA
Carmen Patricia Caicedo Omar, directora del DADSA; y Erick Samuel Pajares Garay, experto en cambio climático; fueron los conferenciantes del conversatorio.
Los panelistas coincidieron en decir que hay quienes plantean la postura individualista de que el problema de la naturaleza, al ser de todos, no es de nadie.
Como nunca, el medio ambiente requiere de la ayuda de la ciudadanía.
La directora de la autoridad ambiental en Santa Marta enfoca el problema del medio ambiente en la toma de múltiples decisiones equivocadas y perjudiciales.
Pajares Garay advierte que llegó el momento de dar debates que trasciendan a los derechos humanos ambientales y que aborden los derechos de la naturaleza.
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LA SOLUCIÓN
‘Hablan los mejores, protejamos la tierra desde la participación comunitaria’ demostró que la especie humana es la que debe asegurar la superviviencia.
“La vida por encima de todo, de todas las formas de vida y de todas las especies; para ello hay que desarrollar políticas publicas”. Precisó Carmen Patricia Caicedo.
Carmen Patricia Caicedo Omar directora de la autoridad ambiental local.
Desde hace rato es sabido que si se conserva la tierra, se conserva el aire y con él, la vida de las especies. Las políticas de Estado deben enfocarse hacia allá.
“Sin ciudadanías movilizadas no hay forma de hilvanar el gran tejido de la preservación que redunde en calidad de vida, felicidad y amor”. Indicó Pajares.
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