Niños de aproximadamente 8 y 10 años, de origen de venezolano, se toman el malecón de la Bahía de Santa Marta para llamar la atención de las personas que a menudo transitan por esta zona.
El motivo por el que lo hacen es para pedirles que arrojen monedas al mar. Los turistas, atraídos por el carisma de estos niños, suelen acceder a sus peticiones en tanto ellos se sumergen y compiten por alcanzar las monedas.
La mayoría de ellos tiene un parentesco familiar y al culminar el día, suelen repartirse equitativamente las ganancias y regresar con sus respectivas familias. Regularmente empiezan a realizar esta labor en horas de la mañana.
Más que un trabajo, para ellos representa una actividad lúdica, aunque de antemano no hay que olvidar que la mendicidad en la niñez venezolana, hasta el momento, ha sido un asunto muy debatido en la ciudad de Santa Marta.
