Se estima que la expedición de las cartulinas que requieren los conductores de bus y buseta, arrojan utilidad por encima de los $1.000 millones de pesos pero dicha ganancia no se traduce en una eficiente prestación del servicio de transporte público masivo en Santa Marta.
Luis Guillermo Rubio, gerente del Sistema Estratégico de Transporte Público de Santa Marta; puso el dedo en la llaga al reiterar que el servicio de buses y busetas no es garantía de equidad y mucho menos de calidad.
Según el burócrata la queja recurrente a la hora de utilizar este transporte, es la pésima calidad que ofrecen conductores y propietarios de los vehículos del servicio público que están afiliados al sistema estratégico.