La Universidad del Magdalena dio a conocer un análisis que demuestra la paupérrima contribución que la Gobernación le hace.
En el marco del reciente proceso de reelección del rector Pablo Vera Salazar, la relación entre la Universidad del Magdalena y la Gobernación del Magdalena ha alcanzado un nuevo nivel de tensión. La disputa gira en torno a los aportes financieros que, según la universidad, han sido limitados en comparación con los de otros departamentos de la región. Además, el uso de la estampilla ‘Refundación Universidad del Magdalena de cara al nuevo milenio’ ha generado un desacuerdo profundo.
Mientras el gobernador Rafael Alejandro Martínez presenta los ingresos generados por esta estampilla como una contribución propia, la universidad sostiene que se trata de un tributo destinado a la institución por ley y que no representa un esfuerzo discrecional del gobierno departamental.
Estampilla: un derecho adquirido, no un recurso discrecional
Creada por la Ley 654 de 2001 y modificada por la Ley 1992 de 2019, la estampilla universitaria fue concebida como un recurso de financiamiento directo para la Universidad del Magdalena. Con una recaudación acumulada que supera los $100 mil millones, estos fondos tienen la finalidad exclusiva de contribuir al desarrollo y funcionamiento de la institución educativa.
No obstante, el gobernador Rafael Alejandro Martínez ha presentado estos recursos como un aporte propio, creando una percepción errónea de sus compromisos reales. La universidad subraya que el incremento en la recaudación de la estampilla responde al cumplimiento de la ley por parte de las entidades públicas del departamento, y no a decisiones particulares de la Gobernación.
Comparativa de aportes departamentales: Magdalena a la zaga
Más allá de la estampilla, otro aspecto fundamental es la comparación de los aportes directos que el Departamento del Magdalena realiza en virtud de la Ley 30 de 1992, la cual define las transferencias para financiar a las universidades públicas. Según datos recientes, el Magdalena aporta aproximadamente $240 mil por estudiante al año, cifra que contrasta con la de departamentos vecinos como La Guajira, Atlántico y Bolívar, que destinan entre $700 mil y $1.2 millones por estudiante.
Esta diferencia sustancial plantea preguntas sobre el compromiso del gobernador Rafael Alejandro Martínez con la educación superior en la región y sobre cómo afecta esta realidad el acceso a educación de calidad para miles de estudiantes samarios.
Matrícula cero: esfuerzo compartido y limitado de la Gobernación
La matrícula cero fue una medida de alivio para miles de estudiantes durante la pandemia de COVID-19, sin embargo, la universidad aclara que el aporte de la Gobernación representó solo un 13.9 % del total requerido, mientras que el gobierno nacional y la universidad cubrieron el grueso de los fondos necesarios.
El gobernador Rafael Alejandro Martínez ha argumentado que este apoyo fue un esfuerzo significativo, pero los datos indican que la universidad y el gobierno central realizaron las contribuciones más grandes, reflejando la limitada participación del departamento en un programa de gran impacto social y educativo.
Inversión en educación superior: una deuda pendiente
La Universidad del Magdalena sostiene que el compromiso real del gobernador Rafael Alejandro Martínez hacia la educación superior se refleja en sus transferencias y su inversión directa en la universidad pública. En este sentido, el Magdalena se encuentra en una posición desventajosa en comparación con otros departamentos de la región. A pesar de que el acceso a la educación superior es un derecho fundamental, el bajo nivel de financiamiento que la Gobernación asigna a la universidad afecta directamente a los estudiantes y al desarrollo académico e investigativo de la institución.
Transparencia y claridad en los discursos oficiales
En su respuesta a las críticas del gobernador Rafael Alejandro Martínez, la Universidad del Magdalena hizo un llamado a la transparencia en los pronunciamientos públicos. La institución señala que las afirmaciones del gobernador Rafael Alejandro Martínez, al presentar los recursos de la estampilla como aportes propios, generan una percepción errónea y afectan la imagen de la universidad.
Esta situación subraya la necesidad de información precisa y verificada en el debate sobre la financiación de la educación superior, un tema que involucra el futuro de miles de jóvenes en el Magdalena y que debe manejarse con rigor y responsabilidad.
La Universidad del Magdalena pide un verdadero compromiso
La universidad argumenta que el compromiso del gobernador Rafael Alejandro Martínez debería medirse en función de sus aportes reales y directos, más allá de la recaudación de estampillas. En última instancia, el desarrollo educativo en el Magdalena requiere una visión compartida y un esfuerzo conjunto que supere los intereses políticos, asegurando un futuro mejor para los estudiantes y una educación de calidad para toda la región.
VER: Pablo Vera gana con autoridad y reafirma liderazgo en Unimagdalena
🔎Comunicado a la opinión pública en el que, desde nuestra Vicerrectoría Administrativa, se presenta un análisis de los procesos de consulta rectoral en universidades públicas y la realidad de aportes territoriales a las IES departamentales.
— Universidad del Magdalena (@Unimagdalena) November 5, 2024
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