Portada Portada Así cambia vidas la Fundación Casa en el Árbol en Ciudad Equidad

Así cambia vidas la Fundación Casa en el Árbol en Ciudad Equidad

Por Vanessa Redondo Peña

Historias como la de Omar, que hoy conjuga el mototaxismo con la fotografía se repiten en el marco de las acciones que lidera la fundación de Taliana Vargas.

Alrededor de 60 jóvenes han sido los beneficiados por los programas de emprendimiento y capacitación empresarial que ha desarrollado la Fundación Casa en el Árbol en el sector de Ciudad Equidad.

No lo han hecho solos, pues el apoyo financiero de USAID, la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos ha sido vital para respaldar estas iniciativas, que hoy permiten a 14 ideas de negocio recibir un capital semilla.

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Colectivo de Comunicaciones/ Cortesía: Omar Contreras & FCA

Emprendimientos nacidos en las calles recién adoquinadas del barrio Ciudad Equidad, que actualmente condensa a más de 20.000 habitantes y que es quizás uno de los proyectos de urbanismo social más grandes en la historia samaria.

Lo que no ha significado una tarea fácil, pues tal como lo recalca Martha Cala, directora de la Fundación Casa en el Árbol, el barrio es un “laboratorio social”, donde confluyen diversidad de culturas y tradiciones populares.

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JÓVENES SACADOS DEL OCIO PARA HACER PERIODISMO

En el marco de estas iniciativas lideradas por la organización que preside la exreina y líder social, la samaria Taliana Vargas; los jóvenes han sido un eje fundamental, y son ellos quienes al día de hoy conforman el Colectivo de Comunicaciones.

Una apuesta ambiciosa y osada, que a través del proyecto ‘Ciudad Equidad Emprende’;  les ofreció a los jóvenes un nuevo espacio para emplear el tiempo libre y sobre todo, movilizarse en función de su comunidad.

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Omar, el director del Colectivo de Comunicaciones

Como es el caso del joven Omar Contreras, quien hoy funge como director de dicho colectivo; y quien hace poco más de un año se dedicaba expresamente a trabajar como mototaxista, conducido en gran parte ante la falta de oportunidades de educarse.

Pero la Fundación Casa en el Árbol llegó a su barrio, y se convirtió en su segundo hogar, en el que descubrió, para su sorpresa, el excitante mundo de la fotografía. En el que hoy se mueve como pez en el agua y que utiliza para contar las historias inverosímiles que ocurren desde que se pone el sol, en las calles de su barrio.

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